La Generación Z, que son aquellos jóvenes nacidos a partir de 1994 y comienzos de los 2000, tienen la peculiaridad de estar familiarizados con el uso de la tecnología digital, internet y medios sociales desde una edad temprana, lo que les ha permitido desarrollar una práctica que ha recibido el nombre de task masking.
La proliferación de esta ha tenido mucho que ver con el regreso a la oficina tras un teletrabajo que, una vez pasados varios años desde la pandemia sanitaria del coronavirus, comienza a abandonarse más y más, en gran parte por las reticencias de muchos superiores a que sus empleados estén fuera de su control. Es por ello por lo que muchos recurren a la mencionada técnica para engañarlos.
6PROBLEMAS DE ‘TASK MASKING’
Curtis Sparrer, director de una agencia de recursos humanos, se ha encontrado con que hay algunos problemas relacionados con el task masking entre algunos de sus clientes, y es que consideran que todos se quieren autodefender a nivel profesional a través de este tipo de estrategias.
Sin embargo, cuando un profesional se encuentra en una oficina, esta defensa «está mucho más actuada», e insiste en que, desde su punto de vista, es preferible trabajar desde casa, puesto que en esos casos los profesionales «reducen las teatralidades y se encargan de enfatizar y priorizar los objetivos».