La batalla del derbi madrileño en la Champions League ya se libra fuera del terreno de juego. A escasos días del esperado choque en el Metropolitano, el Atlético de Madrid ha puesto en marcha una campaña cargada de ingenio y picardía, dirigida a presionar a Vinícius Júnior, la joya del Real Madrid. A través de su tienda oficial, el club rojiblanco ha lanzado la venta de balones de playa adornados con sus característicos colores, haciendo una clara alusión a esos cánticos que, en algunas ocasiones, han intentado burlarse del brasileño tras su derrota en la última edición del Balón de Oro.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia más amplia del Atlético y de su apasionada afición, que buscan generar un ambiente tenso y desafiante de cara a la vuelta de los octavos de final, cuando Simeone pretende revertir el 2-1 sufrido en la ida en el Santiago Bernabéu. Al mismo tiempo, la campaña adopta un doble sentido: además de caldear los ánimos, se intenta frenar la recurrencia de insultos racistas dirigidos contra Vinícius, un problema que en el pasado ha manchado la imagen del club.
3De los insultos racistas a la provocación irónica
La decisión del Atlético tiene, sin duda, un componente estratégico muy bien calculado. En el pasado, el club ha sido objeto de sanciones y críticas debido a los cánticos racistas que algunos de sus seguidores dirigieron contra Vinícius. Con esta nueva campaña, la provocación toma un giro irónico: se aleja del discurso de odio y se transforma en una crítica sutil, manteniendo, sin embargo, la presión psicológica sobre el delantero.
A pesar de ello, este gesto no ha pasado desapercibido. Desde el entorno del Real Madrid se ha expresado un notable malestar, interpretando la maniobra como un intento deliberado de provocar a Vinícius en vísperas de un partido crucial.