Ha transcurrido ya mucho tiempo desde que Spotify cambiara las reglas del juego en cuanto al consumo de música se refiere. La app, disponible en ordenadores, plataformas y, por supuesto, smartphones iOS y Android, es la reina indiscutible de la música en streaming, e incluso cada vez está ganando más trozo de pastel en el terreno del podcasting. Pero hay algo que todavía perturba su negocio más allá de la competencia de Apple Music o YouTube Premium.
Nos referimos a la piratería, algo común en Windows pero también en dispositivos móviles Android. Las denominadas APKs (en referencia al nombre que recibe la extensión de los paquetes de instalación) son más utilizadas de lo que pensamos en este sistema operativo, y Spotify no se libra de modificaciones. Este pasado lunes 3 de marzo, numerosos usuarios reportaron que sus apps piratas de Spotify dejaron de funcionar.
La mayoría de estas aplicaciones se distribuyen por páginas webs ajenas a la Play Store de Google (donde solo se encuentra la oficial) y tienen alteraciones (o mods) para saltarse el pago correspondiente a la versión de Spotify Premium y poder utilizar todas las ventajas sin formar parte de la suscripción.
Miles de usuarios afectados por una app pirata de Spotify
Pese a ser algo que va contra los términos de servicio de la compañía, en los que se explica que el uso de versiones no autorizadas puede llevar a cabo la suspensión o cancelación definitiva de las cuentas involucradas, son muchos los que utilizan este tipo de aplicaciones frente a los cada vez más asiduos mecanismos de control de Spotify.
De hecho, esta no es la primera vez que Spotify lleva a cabo un «barrido» contra este tipo de aplicaciones fraudulentas. Algo parecido ocurrió también el 11 de septiembre de 2024, cuando varias APKs de Spotify dejaron de funcionar correctamente, mostrando únicamente las opciones de los menús, pero dejando a esos usuarios sin la posibilidad siquiera de consultar el contenido de sus listas o de escuchar los podcasts que habitualmente consumían.
Tanto en aquella ocasión como en esta, las redes sociales se inundaron de comentarios al respecto, y en X (antigua Twitter) no faltaron los chascarrillos ni los mensajes de personas que buscaban alternativas para seguir disfrutando, sin abonar un solo euro, de las listas de reproducción, la posibilidad de elegir canción o de no tener que escuchar anuncios ni interrupciones, entre otras ventajas.
Estas acciones de Spotify contra la piratería llevan ocurriendo desde hace meses
Viendo la repercusión de lo sucedido, con la cifra de interacciones al respecto en redes superando el millón en apenas 24 horas, queda claro que esta fórmula es algo más que instaurado en miles de particulares que o bien no pueden permitirse pagar por la música, o bien no quieren asumir el coste de una suscripción de Spotify Premium. Sin embargo, huelga decir que la instalación en móviles Android de paquetes externos a la Play Store puede traer numerosos problemas.
En primer lugar, al proceder de una fuente desconocida, el archivo de instalación puede contener malware o algún tipo de ejecutable que perjudique gravemente al sistema operativo o ponga en riesgo nuestra información personal. En segundo lugar, puede conllevar consecuencias de pérdida de acceso a nuestros perfiles (en la jerga habitual, baneos) si la empresa oficial detecta que estamos haciendo uso de aplicaciones no oficiales.
Estos archivos APK se pueden encontrar en diferentes dominios web de internet, pero se ha traspasado incluso el límite de haberse creado plataformas externas en forma de aplicaciones que contienen gestores de estos archivos modificados, los cuales van siendo actualizados para saltarse las barreras de pago y las acometidas que Spotify hace periódicamente para intentar controlarlo. Hemos indagado y comprobado que en ellas no solo se encuentran diferentes modificaciones, sino que incluso hay diferentes versiones de la app (la estándar, la Lite, algunas con más funcionalidades que otras pero más inestables…).
Como curiosidad, se trata de algo tan instaurado que incluso algunas personas han llegado al límite de desinstalar la aplicación pirata e instalar la oficial simplemente para poder consultar el Spotify Wrapped, es decir, el resumen anual acerca del consumo de música y artistas por parte de los distintos perfiles de usuario que cada vez se ha hecho más popular, sobre todo en la Generación Z.
Spotify no quiere hablar del «barrido» de APKs Premium en Android
A pesar de que la empresa no ha emitido ningún comunicado sobre el tema, en el diario QUÉ! nos hemos puesto en contacto con la compañía para conocer su versión de los hechos. Lamentablemente, desde comunicación de Spotify no han querido ofrecernos declaraciones al respecto de este asunto tras ser preguntados por las continuas acciones llevadas a cabo para evitar el uso de aplicaciones con modificaciones de terceros. Es posible que prefieran continuar batallando sin dar más publicidad a este tipo de opciones ilícitas.
Tampoco nos han aclarado si la utilización de este tipo de software en los dispositivos con sistema operativo Android pueden conllevar alguna consecuencia para los usuarios implicados; aunque, como comentábamos al inicio, en sus términos de servicio Spotify sí dejaba caer el uso de versiones no autorizadas podía llevar a cabo la suspensión o cancelación definitiva de las cuentas involucradas.
La multinacional se desentiende a su vez de lo que pueda causarle al usuario una descarga de una aplicación de terceros: «Spotify no hace ninguna declaración, ni garantiza ni asume responsabilidad alguna, en relación con las aplicaciones de terceros (o el contenido de las mismas), los contenidos de los usuarios, los dispositivos o cualquier producto o servicio anunciado, promocionado u ofrecido por un tercero en el Servicio de Spotify o en cualquier sitio web con hipervínculos, o a través de los mismos, y Spotify no es responsable de las transacciones entre usted y los terceros proveedores de lo que antecede».
De esta manera, cabe reseñar que el uso de APKs modificadas no solo infringe los términos de servicio de Spotify, sino que representa una violación de los derechos de autor; acceder a las ventajas de la suscripción Premium sin previo pago perjudica a la compañía y, por tanto, a los beneficios de los artistas y los creadores de contenido de audio (también audiovisual, ya que están apostando fuerte por los videopodcasts en la plataforma). Estos ingresos dependen directamente no solo del número de reproducciones de los contenidos, también de los beneficios que les otorga la publicidad y la suscripción.
