Cuando el videojuego Kingdom Come Deliverance (PC, PS4, Xbox One) salió a la venta en febrero de 2018, una gran polémica rodeó a la desarrolladora checa Warhorse Studios y a su director, Daniel Vávra. Casi justo siete años después ha llegado al mercado Kingdom Come Deliverance 2 (PC, PS5, Xbox Series X y S), la secuela directa del RPG medieval de ambientación europea, también con cierta polémica detrás. Y, sin embargo, las críticas son totalmente opuestas. ¿Cómo es posible?
Corría el año 2018. Multitud de jugadores asistían con ganas al lanzamiento de un nuevo título que iba a publicar la editora Deep Silver. Se trataba del debut en solitario en la industria de Warhorse Studios, una desarrolladora de la República Checa que había creado un título de rol en primera persona tremendamente inmersivo ambientado en el reino medieval de Bohemia, un Estado Imperial del Sacro Imperio Romano. Pese a que el videojuego llegó con varios problemas de estabilidad y pulido en sus primeras versiones, claramente cumplía con lo que prometía, pero la crítica puso su punto de mira en otro aspecto.
Kingdom Come Deliverance, el «nazi» Daniel Vávra y el Gamergate
Lo hizo sobre todo a raíz de un suceso ocurrido en nuestro país, cuando el creador Daniel Vávra canceló su participación en el Gamelab de Barcelona después de varias críticas furibundas. El guionista estaba invitado a la feria profesional de videojuegos y entretenimiento interactivo para charlar acerca del proceso creativo de su ficción histórica, pero una corriente feminista cargó contra él por su posicionamiento político y social en determinadas cuestiones.
«Lamento informar que Daniel Vávra canceló su charla en #Gamelab2018 después de recibir graves insultos a través de las redes sociales. Respetamos su decisión, pero lamentamos perder sus interesantes ideas sobre el desarrollo de uno de los mejores juegos europeos de este año», publicó en su momento el director de Gamelab Iván Fernández Lobo.
Vávra no había escondido su implicación en el movimiento Gamergate. Fue una corriente que tuvo su apogeo en 2014 y que, partiendo de una crítica a la corrección política, acabó resultando en una campaña de ciberacoso y hostigamiento que se produjo en plataformas como 4chan o Reddit hacia varias mujeres de la industria de los videojuegos.
El director Daniel Vávra estuvo implicado en el movimiento Gamergate, que acabó en ciberacoso a mujeres de la industria del videojuego
«Nunca estarán contentas», decía Vávra al respecto. «Si no tienes un personaje gay en tu juego, eres homófobo. Si las mujeres en tu juego son atractivas, eres un sexista; si no son atractivas, eres un sexista. Si puedes luchar contra ellas, eres un misógino; y si no puedes luchar con ellas, las estás utilizando como objetos. Si no pones mujeres, porque no hay manera correcta de utilizarlas, también eres un misógino».
Vávra estaba en el blanco del huracán por esto, pero también por la ausencia de personajes femeninos relevantes y de personajes de otras razas en Kingdom Come Deliverance. Lo justificaba recalcando que era una cuestión de contexto meramente histórico. Se le llegó a tildar de «machista», «racista» e incluso de «nazi», debido a que concedió una entrevista a Breirtbard, un medio de extrema derecha, y a otras compañías con las que se le relacionaba.
«Tengo herencia judía, mi abuelo escapó de un campo de trabajo nazi, la mayoría de los antepasados de mi pareja murieron en campos de concentración. ¿Y me llamas nazi? Una afirmación muy atrevida», contestaba el director a los críticos. «Hay un anarquista sentado junto a mi en la oficina, hay liberales sentados cerca de mí… No hay ninguna propaganda porque hay mucha más gente con una visión política muy diferente a la mía, y no nos matamos», recogían en GamesIndustry.
De un extremo a otro: crítica a Kingdom Come Deliverance 2 por «woke»
A pesar de todo, hay en cuenta que la primera parte de la franquicia de Warhorse es un caso de éxito y una rara avis en una industria cada vez más complicada de predecir, y de ahí la producción de una secuela todavía más ambiciosa. Daniel Vávra siguió vinculado y el estudio lanzó este pasado mes de febrero Kingdom Come Deliverance 2, encontrándose con la sorpresa de que, en esta ocasión, las críticas venían del otro lado.
La historia continúa directamente la trama del primer videojuego con el mismo protagonista, Henry, pero esta vez la crítica no va hacia la afinidad del creador con pensamientos relacionados con la derecha o la extrema derecha, sino que han sido varios individuos los que han tildado a la segunda parte de «woke». Es una palabra cada vez más utilizada y un término que han acuñado conservadores y personas de ultraderecha para referirse a movimientos e ideologías de izquierdas que perciben como forzadas y que abrazan la llamada «cultura de la cancelación».
La polémica esta vez ha ido por este lado debido a un par de detalles que para la mayoría no deberían llamar la atención, pero que para este sector resulta un ataque contra su forma de concebir el videojuego. Se trata de cosas realmente menores, como que hay presencia de soldados de tez más oscura en una gran ciudad de Kingdom Come Deliverance 2, o que el protagonista de la historia, junto a la multitud de romances que puede tener dependiendo de las decisiones y atributos del jugador, puede acceder a un romance homosexual si desea experimentarlo.
«No quiero tu dinero. Tengo la fuerte sospecha de que, además, sería el dinero de tus padres», escribía Vávra en X en respuesta a un usuario que le acusaba de «haberles traicionado» con la inclusión de estas opciones en la secuela.
Sea como fuere, la segunda parte ha funcionado muy bien tanto a nivel de crítica (posee una valoración de 88 sobre 100 en Metacritic, el portal que recopila los análisis de la prensa internacional), como de ventas, aunque todavía debemos esperar para juzgar con precisión esto último. Kingdom Come Deliverance 2 es uno de los principales candidatos al galardón de Juego del Año, y lo es por su profundidad, sus ramificaciones, su representación audiovisual y, en general, porque es un buen videojuego RPG. Solo el tiempo decidirá si la franquicia de Warhorse Studios acaba siendo recordada como «nazi» o como «woke».