Especial 20 Aniversario

La autopista que deja de ser de peaje hasta el año que viene

-

Nuestro país está viviendo un cambio significativo en su red de carreteras, con la eliminación progresiva de peajes en muchas autopistas importantes. La más reciente en sumarse a esta tendencia es la AP-68, también conocida como la Autopista Vasco-Aragonesa o del Ebro. A partir de noviembre de 2026, los conductores podrán recorrer este tramo sin pagar peaje, lo que representa un alivio para miles de usuarios que diariamente utilizan esta vía.

Esta medida forma parte de una política de liberalización de infraestructuras viales que ya ha beneficiado a otras autopistas en el país, reduciendo costos de transporte y fomentando una movilidad más accesible. Sin embargo, el debate sobre el futuro de los peajes en España sigue abierto. En este artículo, analizaremos el impacto de la supresión del peaje en la AP-68, el contexto en el que se enmarca esta medida y el posible futuro de la financiación de las autopistas en España.

4
¿Se acabarán los peajes o habrá un nuevo sistema de pago?

¿Se acabarán los peajes o habrá un nuevo sistema de pago?
Fuente: Peaje

Si bien la eliminación de los peajes es una medida que beneficia a los conductores, también plantea un desafío financiero para el mantenimiento de las autopistas. Hasta ahora, las concesionarias privadas se encargaban de la conservación y reparación de estas vías, pero con el fin de los peajes, el gobierno debe asumir estos costos con dinero público.

Ante esta situación, se está evaluando la posibilidad de implantar un nuevo modelo de financiación basado en la contaminación. Este sistema, inspirado en las directrices de la Unión Europea, implicaría que los conductores paguen una tarifa dependiendo de las emisiones de su vehículo. Los automóviles eléctricos o con bajas emisiones podrían circular gratuitamente, mientras que los vehículos más contaminantes tendrían que abonar una cantidad por el uso de la autopista.

Aunque este modelo aún no tiene una fecha concreta de implementación, podría representar un equilibrio entre la eliminación de los peajes tradicionales y la necesidad de financiar el mantenimiento de las carreteras.