¿La pizza con piña o sin piña? Esta pregunta siempre ha generado debate entre los amantes de la pizza, porque hay quienes disfrutan de estos sabores exóticos en la pizza, pero también están los que ven en esta combinación de sabores una completa “aberración gastronómica”. Pero trataremos de convencer a los incrédulos de que la piña puede añadir sabor y textura a este tradicional plato italiano.
Si eres de las que gritan “¿piña en la pizza? ¡Jamás!”, te pillo, porque yo también era de ese club… hasta que esta receta me dio una colleja y me calló la boca. Olvídate de esas pizzas hawaianas cutres con cuatro trozos de jamón mal puestos y piña aguachirri. Esto es otro rollo: una masa casera que mola, sabores que pegan como colegas y un crujiente que te hace suspirar en cada mordisco. ¿Te atreves a darle una oportunidad, preciosa? ¡Vamos a flipar!
2Los ingredientes que hacen la diferencia en esta pizza con piña
Aquí viene la magia, porque no se trata de tirar piña y jamón como si nada. Vamos a currárnoslo con cariño:
- Salsita casera: Tomate triturado con orégano, albahaca y un chorrete de aceite de oliva, que sabe a Italia en cada cucharada. Vamos a ser honestos, estos ingredientes clave en cualquier pizza, deben ser alta calidad, tomate natural mucho mejor y el aceite de oliva, vamos ni te cuento.
- Quesos pa’ flipar: Un poco de parmesano para ese ponche y mozzarella para que se derrita como en las pelis.
- Piña en su punto: Bien escurrida y en trocitos pequeños, que aporte dulzor sin ser la reina del drama. En este punto se trata de alcanzar la combinación perfecta, el equilibrio.
- Jamón con gancho: Cocido en cubitos va genial, pero si te va la caña, mete jamón serrano o tocino crujientito. Yo debo confesar que el ibérico le viene mucho mejor, ¡te lo juro!
- Remate final: Unas hierbas como orégano y un chorrito de aceite de oliva virgen extra antes de meterla al horno.