¿A quién no le gusta disfrutar de un buen trozo de bizcocho de chocolate? Creo que a muy pocas personas en el mundo, este postre queda bien a cualquier hora del día, así que lo puedes hacer y reservarlo para merendar o simplemente para consentir a tus seres queridos y amigos, pero vamos, que cuando lo hagas te vas a anotar unos cuantos puntos, te lo prometo.
Hoy les traigo un planazo dulce que les va a poner en el trono familiar: un bizcocho de chocolate tan esponjoso y jugoso que hará que tu familia te mire con ojitos de amor eterno. Ya sabéis que los bizcochos son mi perdición; para mí, desayunar o merendar con un trozo casero es como un abrazo en forma de comida. Este bichito chocolatoso es tan brutal que vas a querer hacerlo cada semana, y no culpo a nadie.
1Los ingredientes mágicos que necesitas
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Para este bizcocho de locura, apunta lo que vas a pillar para un molde rectangular de unos 21 cm, más o menos: 180 g de harina, 300 g de azúcar (sí, es un dulce, ¡qué esperabas!), 75 g de cacao puro en polvo sin azúcar, 1 cucharadita y media de bicarbonato, ¾ de sugerencia de levadura química y otra ¾ de sal.
Luego, 2 huevos, 180 ml de suero de leche (tranquis, lo haces casero con 160 ml de leche, yo uso sin lactosa, así se lo puedo ofrecer a todo el mundo sin preocuparme por alergias extrañas y 20 ml de vinagre, no sabe raro, prometido), 180 ml de agua caliente, 3 cucharadas de aceite de girasol y una cucharadita de extracto de vainilla. Con esto, tu cocina va a oler a gloria y tu familia a empezar a hacerte la ola.