Todos hemos caído alguna vez en el error de reutilizar el aceite de girasol e incluso el aceite de oliva en más de una ocasión, y sin saberlo estamos haciendo daño a nuestra salud. Si te interesa saber más sobre el tema, por favor sigue leyendo.
Hoy vamos a hablar de un temazo que seguro os ronda la cabeza cada vez que freís unas croquetas: “Cuántas veces se puede reutilizar el aceite de girasol y de oliva para cocinar” . Porque, seamos sinceras, tirar el aceite después de un solo uso duele en el alma (y en el bolsillo), pero tampoco queremos acabar con un mejunje tóxico que nos deje la cocina oliendo a fritanga chunga. Así que, vamos a desentrañar este misterio del aceite, con datos claros y sin marearos, para que saquéis el máximo partido sin jugárosla.
1¿Por qué no puedes reutilizarlo hasta el infinito?
Cada vez que metes el aceite en la sartén y le das caña al fuego, el pobre sufre más que tú en el lunes por la mañana. El calor lo oxida, le saca compuestos raros como radicales libres y acrilamida, y encima se lleva por delante restos de comida que lo convierten en un cóctel dudoso. El aceite de girasol y el de oliva no son eternos, y si los machacas demasiado, no solo arruinas el sabor de tus patatas, sino que te metes cosas que tu cuerpo no agradece. Así que, ojo, que aquí no vale el “total, pa’ una vez más…”.