Gene Hackman fue un tipo querido por la gente, era un actor al que sentían con más próximo que el resto. Y claro esta porque podían identificarse con sus personajes nada sofisticados. Gene Hackman ha sido el tipo corriente por excelencia del cine americano, que por desgracia nos ha dejado de una forma extraña que la policía de Nuevo México.
Hackman no era ni guapo, ni feo, ni alto, ni bajo, ni gordo, ni delgado. Además, rara vez se transformaba o sufría un cambio estrambótico. El público siempre se veía siempre detrás de todos sus personajes, ya fuera policía, cura o ladrón o alcalde de un pueblo del viejo oeste. Y lo más curioso, es que hizo de eso su principal virtud. A esto, el norteamericano sumo su gran técnica interpretativa que le permitía adaptarse a cualquier personaje. El mismo se consideraba como un artesano de la interpretación
El californiano, desde niño soñaba con ser actor y las películas de sus ídolos James Cagney y Errol Flynn. Sin embargo, no estudió interpretación, sino que a los 16 años, mintiendo sobre su edad, se alistó a los Marines. Lo hizo por puro despecho tras una discusión con su entrenador de baloncesto que le denostó llamándolo inútil. Allí pasó cinco duros años que forjaron su carácter.
INICIO COMO ACTOR
Al volver a la vida civil hizo todo tipo de trabajos y no sería hasta los 30 cuando se matricula en la escuela de interpretación Pasadena Playhouse de Los Ángeles. En ese momento coincidió con otro estudiante llamado Dustin Hoffman. Los profesores los consideran a ambos los alumnos con menos calidad y posibilidades de éxito. Con estas circunstancias, deciden viajar a Nueva York a intentar buscarse la vida en el teatro.
Los papeles van cayendo poco a poco en el teatro y en 1965 se produce el debut en el cine de Gene Hackman. La película es ‘Lilith’, de Robert Roussel. Interpreta al marido de un antiguo amor del psiquiatra al que da vida el protagonista, Warren Beatty. El papel de Hackman no llega a los 5 minutos y la película es un fracaso, pero dos años después, Beatty se acuerda de él y le propone para otra película de la que va a ser protagonista y productor. Le ofrece el papel de hermano mayor de Warren Beatty, el ‘Bonnie y Clyde’. La película es un gran éxito y Hackman obtiene con ella su primera nominación al Oscar.
La fama con mayúsculas llegará en 1971, gracias a ‘French Connection contra el imperio de la droga’. En ella, Hackman encarnaba a un nuevo tipo de policía que en los años siguientes sería imitado hasta la saciedad. Un poli bocazas de métodos, a veces brutales, pero incorruptible. Y sobre todo, un policía creíble y real, nada que ver con los héroes a los que nos tenía acostumbrados hasta entonces Hollywood.
Este filme supuso su primer Oscar en 1972 y lo convirtió en una estrella. A partir de entonces, se convirtió en uno de los rostros más familiares del cine americano. Entre sus personajes más recordados: Luthor, el enemigo mortal de ‘Superman’, el cura que organizaba la supervivencia en ‘La aventura del Poseidón’, especialista en escuchas de ‘La conversación’ de Coppola. Por ejemplo, su actuación en la conversación ocupa el puesto 37 de las 100 mejores interpretaciones de todos los tiempos según la revista Premier.
UNA CARRERA DE MÁS DE 100 PELÍCULAS
Su carrera siguió como duro entrenador de ‘Hoossier más que ídolos’, al agente del FBI que investiga crímenes racistas en ‘Arde Mississippi’. Y así podíamos seguir hasta la saciedad. Reportero de guerra en ‘Bajo el Fuego’, secretario de defensa de los Estados Unidos en ‘No hay salida’, miembro del Ku Klux Klan en ‘Cámara sellada’ o comandante de un submarino que está a punto de provocar una guerra nuclear en ‘Marea Roja’.
Y aquí llegó el segundo Oscar de su carrera, esta vez como actor de reparto, en 1992 por su papel de sheriff sádico en ‘Sin perdón’. Al fin y al cabo Gene Hackman participó en más de 100 películas, alternando personajes secundarios con principales y películas comerciales con otras más independientes y arriesgadas.
Con tanto trabajo, parecería que Gene Hackman era una persona completamente entregada a su profesión, pero nada más lejos de la realidad. El actor fue un hombre con muchas facetas. Por ejemplo, piloto de avión. Le gustaba volar con una avioneta que él mismo reparaba y mantenía. Como su amigo Paul Newman, pilotó coches de carreras durante los años 70 y 80, participando en pruebas como las 24 horas de Daytona. Durante una época de su vida también se apasionó por el submarinismo y también fue novelista.
Una faceta, la de escritor que compaginó con su otra afición artística, la de pintor. Hace años que decidió alejarse de Hollywood y compró un rancho en Santa Fe, Nuevo México, con una casa de estilo español en la que vivió con su segunda mujer, la pianista Betsy Arakawa, 30 años más joven que él. En 2003 Gene Hackman estrenó su última película de éxito, ‘El jurado’. Por cierto, la única de toda su carrera en la que coincidió en el reparto con su viejo amigo Dustin Hoffman.
Pero el ya veterano actor no estaba por la labor de trabajar más. Al año siguiente rodó la discreta ‘Bienvenido a Mooseport’ y poco después decidió retirarse del cine a los 78 años. Desde entonces apenas se dejó ver. Tan solo concedió algunas entrevistas en su rancho para promocionar sus novelas. Su muerta deja un mal sabor de boca por las circunstancias en las que se produjeron, se ha ido un tipo normal que gano dos Premios Oscar.