En las últimas semanas, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha alertado sobre un preocupante fenómeno: la destrucción de siete radares repartidos en carreteras convencionales de varias comunidades autónomas. Los daños, que ascienden a casi medio millón de euros, no solo suponen un golpe económico, sino que también ponen en riesgo la seguridad vial y podrían acarrear penas de cárcel de hasta tres años para los responsables.
Este acto de vandalismo, que ha afectado a radares fijos y de tramo en Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y la Comunidad Valenciana, ha llevado a la DGT a interponer denuncias y a iniciar una investigación en colaboración con la Guardia Civil. Pero, ¿qué hay detrás de estos ataques? ¿Por qué estos dispositivos son tan costosos? Y, sobre todo, ¿qué implicaciones legales y sociales conlleva este tipo de acciones?
3¿Quién está detrás de estos ataques?
Por el momento, las investigaciones no han arrojado luz sobre los responsables de estos actos. Sin embargo, la DGT y la Guardia Civil están trabajando para identificar a los culpables. Aunque no se ha confirmado ningún detalle, algunos expertos sugieren que estos ataques podrían estar relacionados con grupos organizados que buscan evitar multas o simplemente desafiar a las autoridades.
Lo que sí está claro es que estos actos no son aislados. En los últimos años, se han registrado varios casos similares en diferentes puntos del país, lo que ha llevado a la DGT a reforzar la seguridad alrededor de estos dispositivos.