Irene Urdangarin y Juan Urquijo, el cuñado del alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, son un claro ejemplo de cómo en el mundo de la realeza y la política, las relaciones personales pueden llegar a convertirse en el objeto de la curiosidad y atención de buena parte de la población.
La hija de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, ha logrado captar la atención mediática, pero no por su vida privilegiada, sino por la relación que sostiene con Juan Urquijo, la cual parece estar cada vez más consolidada, a pesar de la distancia física entre ellos.
2Irene Urdangarin: Una vida entre la realeza y la independencia
Irene es la única mujer entre los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, y aunque ha crecido en un entorno realmente privilegiado, lo cierto es que también ha estado marcado por estrictas normas de educación y comportamiento.
Desde muy temprana edad, Irene Urdangarin ha tenido acceso a las mejores oportunidades, entre ellas: colegios privados, viajes alrededor del mundo y también la posibilidad de practicar deportes de élite. Ahora bien, aun cuando disfruta de estas comodidades, la joven ha llegado a demostrar que tiene un interés genuino por forjar su propio camino, alejándose en cierta medida del entorno real para buscar un poco de independencia.
Uno de los momentos más destacados en la vida de la sobrina del rey Felipe VI, fue su experiencia como voluntaria en Camboya, lugar en el que pasó varios meses colaborando en proyectos sociales. La vivencia de la joven no solo le permitió crecer a nivel personal, sino también encontrarse con realidades que resultan muy diferentes a las que estaba acostumbrada.
Tras su regreso a España, Irene pasó un tiempo viviendo con su abuela, la reina Sofía, en el palacio de la Zarzuela, hasta que se trasladó a Ginebra para luego establecerse en el Reino Unido para así avanzar con sus estudios universitarios.
