Si algo tiene claro España es que la protección a los más jóvenes en Internet se la toma en serio, no es opcional ni negociable, es una prioridad. Y es que las redes sociales pueden ser un arma de doble filo: conectan, entretienen y educan, pero también exponen a los menores a riesgos que no deberían enfrentar.
Ante este escenario, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), ha tomado las riendas del asunto y, con el respaldo del Comité Europeo de Protección de Datos, y ha desarrollado un marco normativo lo bastante sólido como para garantizar un acceso más seguro por parte de los menores a los servicios online. Hasta hace poco se utilizaban métodos totalmente ineficaces para este fin, como la simple auto-declaración de edad, el objetivo es poner en marcha un conjunto de soluciones tecnológicas avanzadas que protejan sin invadir la privacidad.
La normativa, que fue aprobada en 2024 y entra en vigencia el 1 de julio de 2025, plantea un auténtico cambio de juego para la protección infantil en el mundo digital. Queda claro entonces que con esta nueva normativa, las plataformas que operen en España tendrán adaptarse a la nueva normativa. El objetivo es poner en práctica una fórmula innovadora que permita verificar la edad sin caer en la acumulación innecesaria de datos (a veces ilegal, por cierto) o en la creación de perfiles de usuarios a través de la obtención de datos.
Un paso adelante en la seguridad digital: España lidera la regulación para menores
España se está poniendo las pilas en seguridad digital y, esta vez, los menores son los protagonistas. Porque sí, las redes sociales pueden ser un paraíso de memes y vídeos virales y muy divertidos, pero también esconden riesgos que nadie quiere para sus hijos. Ahora, las plataformas van a tener que cumplir con reglas más estrictas para que el acceso a los servicios online sea más seguro, sin trampas ni puertas traseras que expongan a los menores.
España está empujando una regulación que obliga a las grandes tecnológicas a reforzar sus sistemas de verificación de edad y transparencia. La idea es que los menores naveguen sin caer en trampas de contenido inapropiado o en redes diseñadas para engancharlos sin control, lo que ha venido ocurriendo con los videojuegos en línea. Con este paso, el país no solo protege a los más jóvenes, sino que también sienta un precedente en Europa para que la seguridad digital deje de ser un simple «ya lo veremos» y se convierta en una realidad.
Verificación de edad sin comprometer la privacidad: el nuevo enfoque español para la protección de los menores
Por fin podemos decir adiós a los métodos “anticuados” de verificación de edad como la famosa autodeclaración, que, seamos sinceros, ha sido uno de los instrumentos de seguridad más ineficaces creados hasta el momento. España ha decidido tomar cartas en el asunto y ha apostado por soluciones tecnológicas de última generación para asegurar que los menores solo accedan a contenido adecuado. Y lo mejor de todo es que, en vez de pedirles el DNI o pedirles que escriban su fecha de nacimiento (como si alguien no pudiera hacer trampa ahí), las nuevas herramientas buscan comprobar la edad de forma mucho más segura, sin que los usuarios tengan que entregar un solo dato personal que comprometa su privacidad.
La idea es clara: verificar la edad de forma efectiva, pero sin meter la pata cuando se trata de los datos personales de los usuarios. Gracias a estos avances, la privacidad de los menores está a salvo, pero las plataformas tienen que ser responsables con el contenido que ofrecen (un punto que también ha generado polémica en los últimos meses, por el robo de datos de las grandes compañías). Pero de momento, a partir de Julio próximo, nada de contenido tóxico o inapropiado para los más jóvenes.
Principales medidas para blindar a los menores en el entorno digital a partir de 2025
Con la entrada en vigencia de la nueva normativa en España, los dispositivos, plataformas digitales, pero sobre todo las redes sociales se convertirán en el centro de atención de padres y autoridades. En el caso específico de redes sociales como Instagram, TikTok y Facebook por ejemplo, estarán obligadas a implementar medidas de seguridad específicas para proteger a los menores.
Una de las principales obligaciones de estas plataformas a partir de julio será el establecimiento de mecanismos más estrictos para que los menores no puedan ser contactados por desconocidos, una de las principales preocupaciones de los padres con el uso de las redes sociales. Además, las plataformas tendrán que generar sistemas de alertas y advertencias cuando los contenidos que los menores consuman puedan representar un riesgo para su bienestar, como imágenes violentas, pornografía o discursos de odio.
Ahora bien, con relación al acceso de los menores a las “temidas” redes sociales, la nueva normativa exige a las distintas plataformas que implementen un sistema de verificación de edad mucho más robusto, lo que dificultará que los menores se registren sin la supervisión de sus padres, uno de los principales objetivos de la nueva normativa.
Por otro lado, también se contempla en la nueva normativa la posibilidad de que genere un control parental mucho más estricto, por lo que se incluirán herramientas que permitan a los padres ver, en tiempo real, qué contenidos o interacciones están teniendo sus hijos en redes sociales. De esta forma, los progenitores tendrán más control sobre las actividades de sus hijos en el entorno virtual, y podrán intervenir de manera oportuna si detectan conductas de riesgo, como el ciberacoso o el uso excesivo.
Por último, la nueva normativa también fomenta la creación de campañas de concienciación sobre el uso responsable de las redes sociales. Estas campañas estarán dirigidas tanto a los menores como a los padres y educadores, con el objetivo de sensibilizar sobre los riesgos de compartir información personal y cómo proteger la privacidad en línea.
El fin último de la nueva normativa es crear un espacio digital donde los menores puedan interactuar de manera segura y respetuosa, entendiendo los límites de las redes sociales y el impacto que estas pueden tener en su bienestar.