La Dirección General de Tráfico (DGT) continúa avanzando en su estrategia de vigilancia con la implementación de los radares remolque, también conocidos como «carros radar». Estos dispositivos han sido diseñados para operar de forma más discreta y efectiva en la detección de excesos de velocidad, un factor importante en la siniestralidad vial en España. A diferencia otros radares, los nuevos son completamente autónomos, no requieren una fuente de energía externa y pueden ser desplazados fácilmente de un punto a otro, lo que dificulta su detección por parte de los conductores.
La introducción de esta tecnología representa un cambio significativo en la forma en que la DGT monitoriza el tráfico, ya que permite controlar distintas zonas de manera más eficiente. Además, su movilidad hace que aplicaciones como Waze y Google Maps no puedan advertir a los conductores sobre su ubicación, aumentando su eficacia. En este artículo analizaremos en profundidad cómo funcionan estos dispositivos, dónde se están instalando y qué impacto podrían tener en la seguridad vial en nuestro país.
4Impacto en la seguridad vial y la reducción de accidentes
El objetivo principal de los radares remolque no es sancionar a los conductores, sino disuadir comportamientos de riesgo y fomentar una conducción más segura. Estudios previos han demostrado que la presencia de radares en carreteras puede reducir significativamente los accidentes de tráfico al obligar a los conductores a respetar los límites de velocidad.
En países donde se han implementado sistemas similares, se ha observado una disminución notable en la cantidad de siniestros viales. En Francia, por ejemplo, los radares móviles han conseguido reducir en más de un 20% las muertes por exceso de velocidad en los tramos donde operan. Se espera que en España estos dispositivos contribuyan de manera similar a la mejora de la seguridad vial.