La Dirección General de Tráfico (DGT) continúa avanzando en su estrategia de vigilancia con la implementación de los radares remolque, también conocidos como «carros radar». Estos dispositivos han sido diseñados para operar de forma más discreta y efectiva en la detección de excesos de velocidad, un factor importante en la siniestralidad vial en España. A diferencia otros radares, los nuevos son completamente autónomos, no requieren una fuente de energía externa y pueden ser desplazados fácilmente de un punto a otro, lo que dificulta su detección por parte de los conductores.
La introducción de esta tecnología representa un cambio significativo en la forma en que la DGT monitoriza el tráfico, ya que permite controlar distintas zonas de manera más eficiente. Además, su movilidad hace que aplicaciones como Waze y Google Maps no puedan advertir a los conductores sobre su ubicación, aumentando su eficacia. En este artículo analizaremos en profundidad cómo funcionan estos dispositivos, dónde se están instalando y qué impacto podrían tener en la seguridad vial en nuestro país.
3¿Dónde están ubicados estos radares y cuál es su expansión prevista?
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La DGT ha comenzado a desplegar estos radares en distintas carreteras de España, con una primera fase centrada en tramos de alta siniestralidad. Inicialmente, su uso se ha extendido en Cataluña, donde se han reportado los primeros controles de velocidad realizados con estos dispositivos. Se espera que su implementación continúe en otras comunidades autónomas a lo largo de 2025, con el objetivo de mejorar la seguridad vial en todo el país.
Según las autoridades de tráfico, estos radares no solo se utilizarán en autopistas y carreteras principales, sino también en vías secundarias y travesías urbanas, donde los excesos de velocidad representan un grave peligro para peatones y ciclistas. La expansión de estos dispositivos responde a la necesidad de mejorar el control del tráfico en zonas donde la presencia de radares fijos no es viable o no resulta efectiva.