En nuestro país las sanciones de tráfico son tan frecuentes como polémicas y, para evitar la sangría de reputación, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido tomar cartas en el asunto. Pere Navarro, su director general, ha anunciado un endurecimiento en el cobro de multas, subrayando que «de nada sirve sancionar si las multas no se hacen efectivas».
El anuncio llega en un momento en el que muchas multas son anuladas por errores administrativos o fallos en los sistemas de control, lo que ha generado un clima de impunidad entre algunos conductores. Navarro ha sido claro: «Las sanciones deben ser ejemplarizantes y cumplir una función pedagógica». Pero, ¿qué implica este endurecimiento? ¿Cómo afectará a los conductores? Y, sobre todo, ¿será suficiente para cambiar comportamientos al volante?
5El desafío de cambiar comportamientos
Aunque las medidas anunciadas por la DGT son un paso en la dirección correcta, el verdadero desafío será cambiar los comportamientos de los conductores. Las multas, por sí solas, no son suficientes para garantizar la seguridad vial. Es necesario combinar la fiscalización con campañas de concienciación y educación que fomenten una cultura de respeto a las normas.
Navarro lo tiene claro: «Podemos hacer mucha concienciación, mucha educación y muchas campañas, pero es fundamental vigilar y controlar que las normas de tráfico se cumplan». Solo así se podrá reducir la siniestralidad y hacer de las carreteras españolas un lugar más seguro para todos.