En nuestro país las sanciones de tráfico son tan frecuentes como polémicas y, para evitar la sangría de reputación, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha decidido tomar cartas en el asunto. Pere Navarro, su director general, ha anunciado un endurecimiento en el cobro de multas, subrayando que «de nada sirve sancionar si las multas no se hacen efectivas».
El anuncio llega en un momento en el que muchas multas son anuladas por errores administrativos o fallos en los sistemas de control, lo que ha generado un clima de impunidad entre algunos conductores. Navarro ha sido claro: «Las sanciones deben ser ejemplarizantes y cumplir una función pedagógica». Pero, ¿qué implica este endurecimiento? ¿Cómo afectará a los conductores? Y, sobre todo, ¿será suficiente para cambiar comportamientos al volante?
3La importancia de una fiscalización robusta
Para que estas medidas tengan éxito, Navarro ha subrayado la necesidad de contar con una «fiscalización robusta». Esto implica no solo mejorar los sistemas de control, como radares y cámaras, sino también reforzar el prestigio y la eficacia de los cuerpos de seguridad encargados de vigilar el tráfico.
«Para que el cumplimiento de la norma sea eficaz, es necesario que haya una policía especializada, prestigiada y respetada», ha afirmado. En este sentido, ha elogiado el trabajo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y otras policías autonómicas, que han contribuido a reducir la siniestralidad vial en España. Sin embargo, ha reconocido que aún queda mucho por hacer, especialmente en lo que respecta a la coordinación entre las diferentes administraciones.