El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está dando que hablar desde que se anunció, y hasta el momento son pocos los que celebran este “logro”, y las pequeñas y medianas empresas (pymes) es uno de esos sectores que no tienen nada que celebrar. Según un informe reciente de CEPYME (Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa), más de 350.000 empleos en estos negocios podrían estar en peligro debido al incremento del SMI.
Y como era de espera, estos datos representan un verdadero dolor de cabeza para las empresas que se enfrentan todos los meses a márgenes de ganancia reducidos o ajustados, como la hostelería, o el comercio justamente, que desde la pandemia luchan por mantener a flote.
Uno de los datos que más llama la atención de este informe es que el 50 % de las pymes en el país, afirman que con la subida del SMI tienen que tomar decisiones que pasan por frenar nuevas contrataciones o en el peor de los casos, afectar de manera negativa las condiciones laborales de los trabajadores con los que ya cuentan, para poder continuar con el negocio. Y muchos se preguntan ¿cómo se podrían afectar más condiciones laborales de los trabajadores?
Y es que, como apunta CEPYME, algunos sectores están sufriendo más que otros, como la agricultura, la hostelería o la construcción, donde las pymes temen que la presión sobre sus márgenes de ganancia les obliga a despedir o a contratar personal menos calificado para seguir adelante, es decir, estamos ante un escenario nada esperanzador para el empleo en España ahora mismo.
Lo cierto es que el 70% de las pymes considera que este aumento del SMI no solo está disparando los costes, sino que también está dificultando la contratación de personal nuevo. Como podemos ver, la subida del salario mínimo pone sobre la mesa un reto de difícil equilibrio: mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y, al mismo tiempo, garantizar la estabilidad del empleo.
Pymes bajo presión: Cómo el aumento del SMI amenaza la estabilidad laboral
Las pymes empezarán a sentir en los próximos meses el peso que supone esta subida del SMI y demás está decir que la cosa no pinta nada bien. Parece una paradoja del destino, porque el aumento salarial debería considerarse como un paso importante para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y en este caso, sólo ha generado el efecto contrario.
Las pymes, que son el motor de la economía española, se ven en la difícil situación de enfrentar un problema serio: muchos sectores, como la agricultura, la hostelería, el pequeño comercio o la construcción, apenas tienen margen para afrontar estos incrementos sin sacrificar estabilidad laboral. Y lamentándolo mucho, si estas empresas no logran adaptarse rápido, podrían ver cómo sus plantillas se ven reducidas o, aún peor, cómo sus empleados más vulnerables pierden su puesto, y el resultado como sabemos se traduce en un incremento en el número de personas en el paro.
El informe revela que más del 70% de las pymes se sienten atrapadas entre la espada y la pared. La solución no está en subir precios (lo que podría restarles competitividad), sino en buscar alternativas, para evitar que sus empleados se vean desplazados por la crisis. Sin embargo, no todos tienen los recursos o el tiempo para implementar esos cambios, lo que deja la estabilidad laboral en una cuerda floja.
Sectores más afectados: Comercio, hostelería y agricultura en la cuerda floja
De acuerdo a los datos del informe CEPYME, el comercio, la hostelería, la construcción y la agricultura están viendo cómo el aumento del SMI se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para los propietarios y trabajadores por igual, ya que estos sectores son los más vulnerables a la subida del salario mínimo, especialmente porque tienen unos márgenes de beneficio bastante ajustados.
Por ejemplo, los restaurantes, bares y pequeñas tiendas, que ya luchan por mantenerse a flote, se enfrentan a una disyuntiva: aumentar los precios y perder clientes o mantener los precios y reducir su personal, vaya dilema al que tienen que enfrentarse estos sectores. Y es que por donde lo veas, las pymes se enfrentarán en los próximos meses a grandes decisiones y con consecuencias negativas siempre.
En el caso de la agricultura, las pymes se encuentran con un doble desafío: la subida salarial y el aumento de costes de producción. Esto podría provocar que muchas pequeñas explotaciones tuvieran que cerrar sus puertas o reducir personal, afectando la estabilidad laboral de miles de trabajadores, que terminarán sumándose al gran número de trabajadores que se encuentran en el paro actualmente.
En la agricultura, donde los márgenes son ya de por sí bajos, las pymes se ven atrapadas entre la necesidad de contratar más mano de obra para hacer frente a la demanda y la presión económica que les impide hacerlo. Este panorama está dejando a muchos trabajadores de estos sectores con el futuro incierto y, lo que es peor, con la posibilidad de perder su empleo si la situación no mejora pronto.
¿Adaptación o recorte de empleo? El dilema de las pequeñas empresas ante el nuevo SMI
En escenario al que se enfrentan las pymes en España es bastante complejo, muchas de ellas se encuentran literalmente entre la espada y la pared y todo por la subida del SMI. Y aquí está el dilema: ¿se arriesgan a recortar personal para seguir a flote o implementan medidas de adaptación que les permitan lidiar con los costes sin perder el talento?
La opción de adaptarse a la nueva realidad económica, deja de ser una opción para convertirse en una obligación, que además no es tan sencilla, especialmente en sectores con márgenes de beneficio muy ajustados, donde cada euro cuenta. De hecho, un dato curioso en el informe es que más de un 30% de las pymes se está volviendo creativa, y como no hacerlo en un escenario tan complejo, apostando por la digitalización y la automatización para aumentar la productividad, pero la pregunta sigue siendo: ¿será suficiente?
El dilema se intensifica cuando se piensa en el impacto a mediano y largo plazo. Para algunas empresas, los recortes de empleo parecen la única salida, lo que complica aún más el problema del desempleo en el país. El 70% de las pymes reconocen que la subida del SMI ha complicado aún más la tarea de contratar personal, y esto es preocupante, porque muchos de esos puestos ahora amenazados suelen ser los que mantienen el engranaje funcionando.
Si no se encuentran soluciones efectivas para equilibrar los costes sin sacrificar empleo, las pequeñas empresas podrían acabar pagando el precio más alto, afectando la estabilidad laboral de miles de trabajadores. ¡Vaya rompecabezas!