Los continuos desplantes y descalificaciones, con insultos incluidos, del Gobierno de Pedro Sánchez a la Administración más importante de Occidente tiene sus consecuencias y en un momento en el que Europa se juega más que una negociación a la solución en la invasión de Rusia a Ucrania. Tras tres años de guerra, Europa ha sido incapaz de alcanzar un acuerdo en conjunto y ha dejado en manos de EE UU y de la OTAN toda su defensa, pero ese tiempo se ha terminado.
España, el país que menos aporta a la OTAN en relación al PIB, no tendrá línea directa con EE UU, que decidirá junto a Rusia los términos y condiciones de una solución, que no tendrá consecuencias positivas para el Viejo Continente. Donald Trump, presidente de EE UU, está dispuesto incluso a vender a Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, para lograrlo.
Además de prescindir del líder de Ucrania, los planes de Trump pasan por quedarse tierras raras, minerales estratégicos y fundamentales para la industria, por valor de 500.000 millones de dólares, cerca del 30% del PIB de España, mientras Vladimir Putin optaría a anexionar el 20% del territorio invadido, pero sin ofrecer ninguna garantía de atacar de nuevo en el futuro, como podría producirse con un cambio de presidente en EE UU contrario a las medidas de la actual administración.
Los republicanos estadounidenses dejan claro que Zelenski «está solo» en lo que respecta a EE UU al considerar ahora que los contribuyentes norteamericanos no deben sufragar los gastos de defensa de un país europeo. «. Asimismo, Rusia estaría en condiciones de intentar invasiones en otros puntos estratégicos, como Transnistria, en Macedonia del Norte.
ESPAÑA, SIN LLAMADA DE EE UU
Para comunicar los pasos, además, España será un mero receptor del mensaje de EE UU a través de un tercero. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, no ha incluido al país gobernado por el PSOE en los estrechos contactos que mantendrán con la máxima representante diplomática de la UE, Kaja Kallas, y los ministros de Exteriores de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido. La cuarta potencia de la UE queda fuera de este círculo. EE UU negocia directamente con uno de los hombres de la máxima confianza de Putin, Sergei Lavrov.
La exigencia de Trump y Putin a Ucrania pasa también por la convocatoria de elecciones en el país vecino de la Europa del Este tras haber sembrado el caos en la zona fronteriza con Rusia. Estos comicios no podrían celebrarse debido a la aplicación de la ley marcial en Ucrania, que prohíbe la convocatoria de elecciones, mientras la injerencia de Rusia estaría a la orden del día, más cuando es imposible controlar el censo en un país con miles de muertos, refugiados y exiliados, junto con la llegada de rusos a la zona del Dombass. Con estas condiciones pretenden EE UU y Rusia llevar a cabo unos comicios ilegales.
EE UU DA LA ESPALDA A ZELENSKI
Zelenski no está por la labor, ni mucho menos. De hecho, ha dado la espalda a Trump y no acudirá a la reunión en Arabia Saudí. Europa, por su parte, continúa con sus reuniones de emergencia, tratando de vender a la opinión pública la necesidad de enviar tropas de paz a Ucrania, cuando la guerra la inició Rusia, en vez de exigir la retirada completa del ejército de Putin.
Asimismo, Putin, experto en sembrar la división y el caos en las filas adversarias, busca la confrontación interna del G-7. Eso sí, no hay garantía alguna de que Ucrania se salve de un nuevo ataque en caso de aceptar unas condiciones dignas de un perdedor, mientras Europa se encuentra en una fuerte encrucijada, con países con posiciones en esta contienda.
Hasta ahora, Trump ha conseguido humillar a Alemania en la cumbre de seguridad de Múnich, con un JD Vance en plan destructor y con un firme propósito de sacar adelante los planes de su Administración, mientras Europa se lamenta ahora de haber perdido ocho años para avanzar en la verdadera Unión Europea, denominada ahora «Desunión Europea» en EE UU.
TRUMP PRESIONA A EUROPA PARA DEFENDERSE DE RUSIA
La posición más clara es que nadie está dispuesto ahora a ayudar a Ucrania. Todos exigen el pago posterior de la escalada bélica y EE UU se asegura la tajada. Sin esta asistencia, Ucrania habría pasado a manos rusas desde el inicio de la invasión.
La visión desde EE UU es que Europa es suficiente para ayudar en la defensa de Ucrania. Por un lado, tiene un ejército tres veces superior al de Rusia, que cuenta con los aliados de Corea del Norte y los sanguinarios chechenos. Para Trump, solo el Viejo Continente ganaría la guerra, por lo que no es necesaria la intervención estadounidense. Eso sí, exige al mismo tiempo un aumento del gasto para mantener a la OTAN, el organismo diseñado para evitar un ataque en Occidente desde un país considerado enemigo.
Con Joe Biden, la Casa Blanca mantenía la unidad a través de la OTAN, con EE UU de Trump, la defensa debe partir únicamente del Viejo Continente, mientras el dinero americano serviría para sufragar otros costes propios.