Las cosquillas pueden llegar a ser bastante desagradables para muchos, pero ojo, hay quienes las disfrutan, pero siempre ha existido alrededor de ella un profundo misterio, sobre todo por el hecho de no poder hacértelas a ti mismo. ¿Alguna vez has intentado hacértelas cosquillas? Seguro que lo has hecho, pero no lo has conseguido. Te has preguntado alguna vez por qué no sentimos cosquillas si somos nosotros mismos los que las provocamos. ¡Es todo un misterio!
Hoy exploraremos este curioso fenómeno desde la perspectiva de la neurociencia, que tiene explicaciones sorprendentes sobre nuestra incapacidad para hacernos cosquillas a nosotros mismos.
2La experiencia de las cosquillas en el cerebro
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Investigadores de la Universidad de Londres, han explorado cómo el cerebro interpreta nuestras acciones. Han llegado a escanear el cerebro de personas a las que les hacían cosquillas y también cuando intentaban hacérselas a sí mismos. El resultado es claro: cuando el movimiento es autoinducido, la sensación de cosquilleo simplemente, disminuye.
Esto sucede porque el cerebro tiene la capacidad de bloquear la sensación en la corteza somatosensorial, ya sé, muchas palabras “complejas” cuando en realidad lo que pasa es que, la parte del cerebro que procesa los estímulos táctiles entra en acción y nos advierte de lo que va a pasar. Es como si el cerebro pusiera un filtro para evitar la confusión de estar tocándose a uno mismo. Y es aquí cuando nos damos cuenta de que el cuerpo humano está diseñado de una forma perfecta.