Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos

-

Las cosquillas pueden llegar a ser bastante desagradables para muchos, pero ojo, hay quienes las disfrutan, pero siempre ha existido alrededor de ella un profundo misterio, sobre todo por el hecho de no poder hacértelas a ti mismo. ¿Alguna vez has intentado hacértelas cosquillas? Seguro que lo has hecho, pero no lo has conseguido. Te has preguntado alguna vez por qué no sentimos cosquillas si somos nosotros mismos los que las provocamos. ¡Es todo un misterio!

Hoy exploraremos este curioso fenómeno desde la perspectiva de la neurociencia, que tiene explicaciones sorprendentes sobre nuestra incapacidad para hacernos cosquillas a nosotros mismos.

1
¿Por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos?

El cerebro predice nuestros movimientos
Fuente: Freepik

Cuando te haces cosquillas tú mismo, el cerebro ya sabe lo que va a pasar (es más simple la explicación, de lo que creíamos, a que sí). Este es uno de los grandes misterios detrás de nuestra incapacidad para reírnos de nuestras propias cosquillas. El cerebelo, esa parte del cerebro encargada de los movimientos, predice lo que va a suceder cuando mueves una parte de tu cuerpo. Por eso, cuando nos acariciamos con un plumero o intentamos hacernos cosquillas en los pies, nuestro cerebro ya sabe lo que estamos haciendo y no genera esa sensación de sorpresa que sí ocurre cuando lo hace otra persona.

Este fenómeno tiene un propósito. Si no tuviéramos esta capacidad de anticipación, el caos sería total. Imagina que cada vez que movemos una mano, nuestro cerebro creyera que otra persona nos está tocando. Sería un desastre total para nuestra percepción del cuerpo y de lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

Atrás