La reunión de «emergencia» de París por la solución a la invasión de Rusia a Ucrania se ha cerrado sin acuerdo y en una de las fotos oficiales no hay rastro de Pedro Sánchez, tapado por una sonriente Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en plena crisis existencial de Europa. La cara de Giorgia Meloni, líder de Italia, pone de manifiesto la preocupación, mientras otros muestran la mejor de sus sonrisas en un momento crítico.
En un inicio, España no estaba invitada, pero distintas presiones acabaron con dar entrada a Pedro Sánchez, pese a que su Gobierno es el que menos porcentaje de PIB ha concedido de toda la UE, apenas un 0,75%.
Sin comunicado conjunto y con declaraciones separadas y espaciadas en el tiempo, los líderes europeos han relatado su valoración sobre la posibilidad del envío de tropas de paz a Ucrania, como si de una misión de los cascos azules en Líbano se tratara. A esa reunión acudieron dirigentes que pueden caer fuera de su Gobierno en menos de una semana, como es Olaf Sholz, el socialista germano y caído en desgracia por sus políticas favorables a la inmigración ilegal hasta la irrupción de Afd, que se postula como segunda fuerza en las elecciones del próximo domingo, con la victoria previsible de la CDU. Se espera una gran coalición para evitar el ascenso de Afd, el Vox alemán.
A esa reunión acudió el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que buscó una imagen de unidad, pero sin lograr el objetivo de conseguir una reacción a la propuesta de Donald Trump, dispuesto a entregar una parte del territorio ocupado de Ucrania a Rusia y sin consultar ni a los ucranianos ni a Europa.
TRUMP Y PUTIN SE REPARTEN UCRANIA SIN EUROPA
La realidad es que Europa nunca ha pintado nada en la guerra iniciada en 2014 y recrudecida hace ahora tres años. En ese tiempo, los ucranianos no han tenido un apoyo acorde a los ataques rusos, ni con envío de tropas ni tampoco de armamento puntero. Trump, en apenas un mes desde que ha sido nombrado nuevo presidente de EE UU, no ha tardado en reaccionar y buscar una solución, como repartirse las tierras raras por valor de 500.000 millones de dólares y dejando a Rusia importantes yacimientos y la salida al mar por Crimea.
Los líderes europeos han mostrado sus titubeos, pese a asegurar que son quienes pondrán la seguridad en Ucrania e invertir más en defensa. Buenas palabras tras tres años de guerra, pero la inacción tiene sus consecuencias y España no está por la labor de enviar ni armamento ni menos soldados al país del este de Europa.
EUROPA, PREPARA Y LISTA, PERO NO SE CONOCE AÚN PARA QUÉ
El mensaje más repetido es que Europa está ahora «preparada» para abordar la situación, según Rutte. Solo han pasado tres años desde que Rusia puso en marcha su invasión por el Donbáss, mientras EE UU mantiene invariable sus planes. Primero habrá reunión entre Putin y Donald Trump, mientras las delegaciones de ambos países se han citado en Arabia Saudí para repartirse el botín. Europa, mientras tanto, observa cómo tendrá que obedecer sin rechistar a las exigencias de Donald Trump, que ha recibido todo tipo de descalificativos desde su llegada al poder.
Reino Unido busca garantías en EE UU para evitar que Rusia vuelva a invadir a Ucrania, mientras insta a Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, a aceptar el envío de tropas para mantener la paz, como si Ucrania fuera un país en declive y al borde de la guerra civil.
Todos los países, a excepción de España, tienen clara la premisa de llegar al 2% del PIB en gasto en defensa, un umbral que deberá aumentar con el paso de los años. En caso contrario, Trump dejaría abandonada a Europa y sería el Viejo Continente quien se defendiera en caso de una invasión a otro país. El sueño de Putin pasa por reconstruir el telón de Acero, la frontera que partió en dos a Europa desde el centro de Berlín a este y oeste. En caso de caer Ucrania en manos rusas, las fronteras se multiplicarían y la posibilidad de hacerse con el este de Polonia e incluso Macedonia son elevadas.
Para evitar una escalada mayor, Trump exige el pago por su defensa, mientras Alemania y otras potencias optan por defender a Europa a toda costa. «No debe haber división entre Europa y Estados Unidos», afirmó Sholz.
EL SOCIALISMO ALEMÁN AGONIZA, PERO INSISTE AHORA EN LA UNIÓN CON TRUMP
Por el momento, España rechaza el envío de tropas, y pese a admitir la necesidad de incrementar el gasto en Defensa, no se ha comprometido. El problema es que el PSOE se opuso a la guerra desde el inicio, se alineó con Podemos y poco a poco se ha distanciado de ese discurso. Sin embargo, prefirió a Sumar y ERC como socios de investidura y ninguno de los dos está por la labor de dedicar el dinero a incrementar el gasto en Defensa.
«No es la primera vez que la Rusia de Putin se anexiona territorios ajenos… Vivimos un momento donde tendremos que flexibilizar los gastos en seguridad y Defensa. Europa tiene que definir de una vez por todas su seguridad y su Defensa como un bien público» señaló Sánchez.
El presidente de Gobierno busca una ventana de oportunidad para garantizar una seguridad justa y duradera, pero nadie concreta la solución, una muestra de la falta de unidad tras tres años de invasión e inacción. José Antonio Fúster, portavoz de Voz, pone de manifiesto el papel de Trump, como también respetar la soberanía de Ucrania.