El cierre de las centrales nucleares, programado por el Gobierno de Pedro Sánchez en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), tendrá consecuencias directas e importantes en la formación de precios de la energía y en los municipios cercanos a las centrales. A contracorriente del resto del mundo, donde la energía nuclear se pone ahora en valor e incluso ha sido declarada «verde» por Bruselas, España apuesta por el cierre de estas centrales nucleares entre 2027 y 2035, empezando por los reactores de Almaraz (Cáceres), en activo desde 1983 y cuya central gemela en EE UU ha obtenido una prórroga adicional hasta de 80 años, hundiendo así las tesis que vaticinan problemas de seguridad.
La energía nuclear en sí es barata, no emite CO2 y no contamina. Además, funciona 24 horas los 365 días del año, llegando a suplir la quita parte de la demanda del sistema. Esta energía limpia tiene, no obstante, los días contados, un apagón nuclear que provoca y suscita las críticas y los aplausos, especialmente en las energías renovables. El motivo: la especulación por cobrar a precio de gas la generación de energía.
EL BENEFICIO CAÍDO DEL CIELO PARA LAS RENOVABLES
Los productores de energía renovables no lo hablan abiertamente, pero admiten en privado que serán las más beneficiadas por el cierre de las nucleares. Para entenderlo mejor, hay que fijarse en la formación de precios del mercado mayorista, denominado pool, donde se establece el precio de la luz diario en España y fija el del día siguiente, mientras el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) se encarga de su regulación. En este mercado participan numerosos actores, eléctricas, productores y brókers, entre otros. Red Eléctrica Española (Redeia) es parte importante al realizar la previsión de la demanda en España del día siguiente. Los productores realizan sus ofertas a la OMIE, quien las casa en las sucesivas subastas.
Este sistema es marginalista, es decir, el precio de la electricidad se fija en función de la oferta más cara que haya sido aceptada. Quienes ofrecen precios bajos pueden recibir un beneficio alto en caso de existir una oferta más alta y que haya entrado en la subasta, lo que se conoce popularmente como los beneficios caídos del cielo. «Venderán la generación de renovables a precio de gas. Se abrirá paso a la especulación», afirman desde el sector.
Los productores de energía renovable suelen ser las más baratas y las primeras en entrar en la subasta. De esta forma, a mayor producción, en teoría menor precio. No obstante, el sistema es marginalista, si se da entrada a una energía más cara, mayor es el precio por el que se pagarán por las renovables, a pesar de haberse casado a precios menores. Pero existe una particularidad en este sistema de confección de precios. Las energías que están 24 horas disponibles son la base de este sistema: gas, carbón y nuclear, preparadas todas para entrar en caso necesario. La contraparte también es limitar la actividad de las grandes industrias y consumidores electrointensivos.
LAS ENERGÍAS RENOVABLES NO SON FIABLES LAS 24 HORAS
Sin las nucleares, las energías más caras son el carbón y el gas, cuyos precios se disparan por tensiones geopolíticas o un incremento de una demanda Las energías renovables son las energías más baratas y, por tanto, las primeras en entrar en el proceso de subastas. Por tanto, cuanto mayor sea la producción de energía renovable, menor será el precio de la luz para ese día.
A continuación, se van adjudicando los paquetes de electricidad mediante un sistema de pujas, hasta cubrir la demanda total del día. Es decir, el precio del gas o del carbón fijan el precio de la energía para el día siguiente. De esta forma, sin el carbón ni la nuclear en la ecuación ante la «descarbonización» de la economía, los beneficios caídos del cielo llegarán a las renovables a través del gas, la única energía disponible hasta ahora las 24 horas del día para evitar el apagón. Y sí, el gas o la fuente de energía alternativa que se instale de aquí a 2027 fijará los precios y por ahora no hay fuente fiable y barata más allá de la nuclear.
Por esta razón, las renovables y especialmente los inversores esperan con impaciencia que se cumpla este escenario. Otra de las razones por las que el gas será la energía, al menos en el corto plazo para cubrir la demanda, es la ineficacia de las renovables, que no funcionarán en días nublados o lluviosos, como tampoco en una helada como lo fue ‘Filomena’ hace solo cuatro años. Tampoco podrían generar la energía suficiente en caso de una alta demanda, pero la especulación no espera si los hogares y empresas tendrán energía suficiente, sino que sea ese precio marginal la que dé los beneficios.
UNA PROPOSICIÓN DEL PP, LA ESPERANZA PARA EVITAR EL CIERRE NUCLEAR
Con este Gobierno de PSOE y Sumar, la cuenta atrás para la nuclear es prácticamente un hecho. No obstante, los socios del Ejecutivo, como ERC y Junts, no están por la labor de hundir la economía de los pueblos que viven de la energía nuclear. Ambas formaciones defienden una prórroga, como también lo hace el PP, que presentará una proposición de ley para alargar la vida de las nucleares.
Tras Almaraz (Cáceres) irán Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia), Vandellós (Tarragona) y por último la central de Trillo (Guadalajara). La propuesta del PP obtendría la abstención de ERC y Junts, pero contaría con el apoyo de Vox y UPN, dejando la mayoría en manos de Alberto Núñez Feijóo. La propuesta, además, es vinculante, es decir, el Gobierno estaría obligado a cumplirlo.
El PP centra su propuesta en la «autonomía energética», es decir, sin depender de terceros países como Rusia y Argelia para poder abastecer a la población. De hecho, otros países de la UE muestran una planificación opuesta a la del Ejecutivo de Sánchez, con más reactores nucleares en funcionamiento y alargar la vida útil de sus centrales. «La posición contraria solo se puede entender desde el dogmatismo y desde la nula vocación e interés por hacer las cosas correctas», afirmó Borja Sémper, portavoz del PP.
El pulso entre ERC y Junts es también al PSC, que apoya el cierre de las nucleares, un desastre que acabaría con la ya de por sí dañada competitividad en la industria.