Kendrick Perry lleva al Unicaja a la gloria y gana la Copa del Rey
El Unicaja se proclamó campeón de la Copa del Rey tras imponerse al Real Madrid (93-79) en el Gran Canaria Arena, arrebatándole el título al conjunto blanco y sumando su tercer trofeo en la competición. Liderados por un espectacular Kendrick Perry, que firmó 27 puntos, con un impresionante 6/7 en triples y 8 asistencias, y un imparable David Kravish, con 20 puntos y 5/6 desde el perímetro, el equipo andaluz ofreció una exhibición en el último cuarto. Entre ambos anotaron 26 de los 29 puntos de su equipo en el tramo final, sentenciando una intensa final en la que la energía y la solidez del Unicaja marcaron la diferencia frente a un Real Madrid que, lastrado por sus 17 pérdidas, no pudo frenar el empuje de su rival.
El equipo de Ibon Navarro repitió la hazaña de 2005 y 2023, cuando también dejó en el camino al club más laureado del torneo. Aunque el Real Madrid aspiraba a su 30º título copero, terminó cediendo una vez más ante un Unicaja que reafirma su crecimiento con otro éxito en su ambicioso proyecto. Esta victoria se suma a la conseguida el pasado septiembre en la Supercopa, consolidando al equipo malagueño como un serio aspirante a todos los títulos.
Kendrick Perry, del Unicaja, el mejor jugador de la Copa del Rey
Kendrick Perry, el talentoso base estadounidense del Unicaja Málaga, se consagró este domingo como el mejor jugador de la Copa del Rey, obteniendo el prestigioso reconocimiento de MVP tras una actuación memorable en la gran final. Su influencia en el partido fue determinante, liderando a su equipo con una exhibición ofensiva que rozó la perfección. Con cerca de 30 puntos en su cuenta personal, Perry se mostró imparable a lo largo del encuentro, convirtiendo 16 de sus 20 intentos de campo y demostrando una precisión letal en sus lanzamientos. Su capacidad para desbordar a la defensa rival, junto con su visión de juego y liderazgo en los momentos clave, lo convirtieron en la pieza fundamental para que el Unicaja se alzara con el título.
Más allá de su acierto en el tiro, el base exhibió un control absoluto del ritmo del partido, manteniendo la calma en los momentos de mayor tensión y guiando a su equipo con inteligencia. Su actuación desde la línea de tiros libres fue impecable, sin fallar un solo lanzamiento, reflejando su fiabilidad en los instantes decisivos. Con esta destacada actuación, Perry no solo dejó su huella en la historia del torneo, sino que también reforzó su estatus como uno de los jugadores más determinantes del baloncesto europeo en la actualidad, llevando al Unicaja a la gloria con una final para el recuerdo.
Su extraordinario juego
Además de su impresionante capacidad anotadora, Kendrick Perry mostró una faceta completa en la final, contribuyendo en múltiples aspectos del juego. Repartió seis asistencias, capturó dos rebotes y sumó un robo, alcanzando así los 32 créditos de valoración, una cifra que representó exactamente un tercio del total acumulado por el Unicaja en el encuentro (96). Su visión de juego y precisión en el pase fueron claves para mantener el ritmo ofensivo de su equipo, facilitando oportunidades a sus compañeros y asegurando que el ataque fluyera con eficacia. Perry no solo brilló como anotador, sino que también demostró su capacidad para influir en el juego de manera global, consolidándose como el motor del equipo en el partido más importante del torneo.
Su impacto no se limitó únicamente a la generación de juego, sino que también destacó por su eficacia en el lanzamiento. Desde la línea de tres puntos, firmó un notable 66 % de acierto, encestando cuatro de sus seis intentos, lo que evidenció su peligro como tirador exterior. Además, desde la media distancia y en penetraciones, su porcentaje de tiro de dos fue del 60 % (tres de cinco), confirmando su versatilidad ofensiva y su capacidad para castigar la defensa rival desde cualquier posición. Su efectividad en el tiro, combinada con su inteligencia en la toma de decisiones, lo convirtieron en una pieza fundamental en el triunfo del Unicaja, reafirmando su condición de líder absoluto en una final que quedará en la memoria de los aficionados.