Los descubrimientos científicos nos ayudan a mejorar la calidad de vida. ¿Y si te dijera que mantener tu cerebro joven y ágil no requiere de píldoras milagrosas ni tratamientos caros? A veces nos dejamos llevar por lo complicado y lo costoso, cuando en realidad las soluciones más efectivas no cuestan nada, no tienen precio alguno y están al alcance de nuestra mano, la mayoría de las veces.
Si alguna vez haz pensando que el ejercicio físico no repercutía en el buen estado del cerebro, por ejemplo, que equivocado estabas. Pero si eres de los que se preocupan por mantener la salud física y emocional, hoy te contamos un dato que seguro todavía no conocías y te puede ayudar a prevenir escenarios complicados en el futuro. Un nuevo estudio ha demostrado que la mejor forma de prevenir la demencia y fortalecer tu cerebro está al alcance de todos: hacer ejercicio físico. Así es, mover el cuerpo no solo tonifica músculos, sino que también activa mecanismos cerebrales clave para evitar el deterioro cognitivo.
Después de leer seguro cambiará tu visión sobre el ejercicio físico, así que si aún necesitas una razón más para ponerte las zapatillas y salir a moverte, ya no tienes excusas, aquí te contamos cómo el deporte puede convertirse en tu mejor escudo contra la demencia.
2El estudio que lo confirma: mover el cuerpo, activar el cerebro
Para comprobar este efecto, los científicos analizaron a un grupo de adultos mayores con prediabetes, quienes realizaron 12 sesiones de ejercicio moderado-intenso. Durante el estudio, tomaron muestras de sangre para medir la presencia de ciertas proteínas en el cerebro relacionadas con la insulina. Los resultados fueron asombrosos: tras cada sesión de ejercicio, aumentó la cantidad de vesículas neuronales encargadas de transportar la proteína Akt, esencial para que el cerebro use la insulina de forma eficiente.
En términos simples, hacer ejercicio activa un «interruptor» que permite que el cerebro aproveche mejor la energía que necesita para funcionar. Y es que el cuerpo humano está diseñado de una forma perfecta, tan perfecta incluso que todavía hoy se desconocen muchas partes de su funcionamiento. Como resultado, la memoria mejora, el aprendizaje se agiliza y la concentración se mantiene en óptimas condiciones.