Aunque Airbnb ha quedado en el medio de la conversación por el precio de la vivienda en España, tanto por lo inaccesible que se ha hecho la compra de una como por el evidente aumento de precio del alquiler en todo el país, la empresa a nivel intencionalidad ha vuelto a romper su récord de ingresos, y aunque sus resultados siguen siendo negativos debido a los créditos fiscales del año pasado, su facturación aumento un 12% total.
«Estamos entusiasmados con la fuerte demanda continua que estamos viendo en 2025. Para el primer trimestre de 2025, esperamos obtener ingresos de 2.230 millones a 2.270 millones de dólares, lo que representa un crecimiento interanual del 4% al 6%, o del 7% al 9% excluyendo el impacto de las divisas», ha escrito la empresa en la carta enviada a los accionistas junto con los resultados de fin de año.
Estos datos, que incluyen a España, aparecen mientras que la empresa se encuentra a la defensiva de cara a las medidas del Gobierno en contra de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) . El director general de la empresa, Jaime Rodríguez de Santiago, ha asegurado en una reciente entrevista en el diario El Mundo que la prohibición de este tipo de opciones no es realmente efectiva para bajar los precios de la vivienda, en particular del alquiler, y que simplemente se está buscando un chivo expiatorio.
Lo cierto es que Barcelona ha expulsado legalmente este tipo de opciones turísticas del centro, que Madrid ha eliminado la opción de los pisos de alquiler sueltos dentro de un edificio en la capital y frenado, al menos temporalmente, la aprobación de nuevas licencias debido al alto precio que tiene el alquiler, sobre todo en el centro de la ciudad. Las decisiones no solo se quedan en territorio ibérico, pues en los últimos años México ha intentado limitar el tiempo que estos pueden pasar disponibles para turistas y Nueva York y otras zonas de Estados Unidos las han prohibido del todo.
AIRBNB EN EL OJO DE VARIOS HURACANES
Lo cierto es que Airbnb, como otras plataformas de la nueva economía digital, como las plataformas de entrega de alimentos como Glovo, las nuevas VTC como Uber, Cabify o Bolt e incluso los nuevos marketplaces como Shein o Aliexpress, ha sido criticada por su efecto disruptivo en los mercados. El problema es que mientras que el resto de las aplicaciones mencionadas han creado problemas para sus competidores tradicionales, en el caso de las plataformas que ofrecen VUT los afectados no han sido solo los hoteles, sino que es evidente que afectan el precio de la vivienda.
En cualquier caso, la propia empresa ha pensado en algunas estrategias para seguir funcionando a pesar de estos problemas. La construcción de viviendas especiales basadas en espacios de la cultura pop, como la mansión de los X-Men o la casa de Polly Pocket, han servido como un complemento interesante al negocio y en algunos mercados han empezado a ofrecer habitaciones de hoteles en un modelo más cercano al de Booking.com y otras páginas web de comparación de precios similares. Además, la posibilidad de alquilar una habitación libre en un piso, en lugar del piso completo, es una pieza clave de su diseño.
Pero de momento las VUT, específicamente los pisos completos en las zonas turísticas de las grandes ciudades, siguen siendo su producto más solicitado y más rentable. No es un detalle menor, después de todo son también su producto más criticado, y el más difícil de controlar, después de todo, ha sido complicado evitar que en ciudades como Madrid o Barcelona se sigan ofreciendo pisos sin licencias a pesar de las sanciones economicas cada vez más altas que se aplican.
LA VIVIENDA ES UNA CRISIS SIN SOLUCIÓN RÁPIDA
Si en algo tiene razón, la plataforma de alquiler de VUT es que no son el único motivo para el aumento del precio del alquiler. Lo cierto es que se necesitan más medidas, desde facilitar la construcción de más viviendas hasta ayudar a que pisos vacíos fuera del mercado pasen a estarlo. En esa realidad es complicada una solución rapida y aunque Airbnb es más que un chivo expiatorio en esta crisis, controlar su uso tampoco debe ser la única medida a tomar para hacer que la vivienda vuelva a ser accesible.