La comida china lleva años conquistando los paladares españoles y del mundo entero, pero si hay un plato que destaca entre todos, ese es el pollo agridulce, y además es uno de los más conocidos y solicitados y por muchas razones. Es crujiente por fuera, jugoso por dentro y bañado en una salsa con el equilibrio perfecto entre dulzura y acidez, este clásico de la cocina cantonesa se ha convertido en la elección estrella tanto en restaurantes como en pedidos a domicilio. Pero ¿qué hace que este plato sea tan irresistible? Aquí te contamos todos sus secretos.
3La salsa agridulce, el alma del plato
Si el pollo es el corazón de este plato, la salsa agridulce es su alma, nunca mejor descrito este plato. Esta combinación de vinagre, azúcar, ketchup y salsa de soja crea un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo ácido, haciendo que cada bocado sea una explosión de sabor en la boca y es además lo que nos hace volver al restaurante chino una y otra vez. Aunque muchos restaurantes optan por versiones comerciales, también es fácil de hacer en casa, permitiendo ajustar el punto de dulzura o acidez al gusto. Servido con arroz blanco o fideos, el pollo agridulce se convierte en una opción deliciosa que nunca decepciona.
Es evidente que este plato ha llegado para quedarse. Ya sea en un restaurante chino o pidiéndolo para disfrutar en casa, el pollo agridulce sigue siendo el rey indiscutible de la cocina china en España. ¡Y con razón!