La comida china lleva años conquistando los paladares españoles y del mundo entero, pero si hay un plato que destaca entre todos, ese es el pollo agridulce, y además es uno de los más conocidos y solicitados y por muchas razones. Es crujiente por fuera, jugoso por dentro y bañado en una salsa con el equilibrio perfecto entre dulzura y acidez, este clásico de la cocina cantonesa se ha convertido en la elección estrella tanto en restaurantes como en pedidos a domicilio. Pero ¿qué hace que este plato sea tan irresistible? Aquí te contamos todos sus secretos.
2La clave está en el marinado y el rebozado perfecto
Uno de los secretos del éxito del pollo agridulce es el proceso de marinado, así es, no pensarías que para obtener esos sabores no se tenía que trabajar, de hecho, es justo en este proceso donde se encuentra la esencia del plato. Antes de freírlo, que es el paso más importante en la preparación, el pollo se corta en dados y se deja reposar con salsa de soja, huevo y vino de arroz, lo que le da un sabor profundo y jugoso.
Y finalmente, para completar la preparación, se debe rebozar el pollo en maicena para posteriormente freír hasta conseguir una textura crujiente que contrasta de maravilla con la salsa. Para potenciar aún más su sabor, se acompaña de verduras como pimientos, zanahoria y cebolla, que añaden frescura y un ligero toque crujiente.