Revisitando a Massiel: El paso de ‘la tanqueta de Leganitos’ por el cine

María de los Ángeles Santamaría, Massiel para el siglo o ‘la tanqueta de Leganitos’ para el anecdotario, ha anunciado a sus 77 años que padece cáncer de pulmón y lo ha hecho fiel el carácter indómito que ha construido su leyenda. La madrileña estará permanentemente unida al Festival de Eurovisión. De hecho, se prepara una serie sobre el hito para Movistar.

Sin embargo, esto es lo menos interesante que ha hecho Massiel. Tiene una de las mejores carreras musicales en castellano de los 70. Ningún disco se parece al anterior, pasando de la canción protestas, al cuplé, de la revista a las rancheras, del rock a las baladas. Además, es una fuente inagotable de anécdotas. Presume, con razón, de tener una memoria privilegiada. Por ello, fue durante años la tertuliana perfecta.

Personaje de la prensa del corazón, fue incluso la pionera en vender exclusivas en nuestro país. En concreto, el nacimiento de su hijo Aitor en ¡Hola! en junio de 1977. Además, también ha tenido una carrera paralela como actriz. En el teatro llegó a interpretar obras de Bertold Brech junto a Fernando Fernán-Gómez en el Círculo de Bellas Artes. De hecho, durante los ensayos decidió abandonar a su primer marido, el doctor Luis Recatero. Él le dio a elegir entre el teatro y el matrimonio. La tanqueta de Leganitos lo tuvo claro.

Años más tarde sería la Cleopatra de Shakespeare junto a Héctor Alterio en el Teatro Romano de Mérida. Ya en los 90 protagonizó el musical off Broadway Falsete y en 2012 se despidió de los escenarios con el mítico musical Follies en versión de Mario Gas junto a la gran Asunción Balaguer.

MASSIEL Y EL CINE DE LOS SESENTA

También en televisión ha tenido Massiel sus papeles en series como El juglar y la reina (1979) o ¡Ay, señor, señor! (1994), además de protagonizar uno de los episodios de La comedia musical española (1985), una serie de Fernando García de la Vega que adaptaba los clásicos de la revista. A Massiel le tocó protagonizar La cuarta de A. Polo. Además, en los setenta llegó a tener un telefilme para su lucimiento. El psicotrónico Vuelve Massiel (1972).

¿Y el cine? La cantante siempre ha asegurado su relación con el séptimo arte no ha sido todo la satisfactoria que le hubiese gustado. “Cuando yo empecé se llevaban dos tipos de cine: las folklóricas y la comedia musical tipo Las Leandras que hizo Rocío Dúrcal y yo no encajaba en ninguno. Luego ya llegó el destape y no puede hacer nada interesante”, explicaba en una entrevista en 1980.

La década a la que se refería a principios de los ochenta eran los sesenta y empezó su carrera en el cine con una película folklórica a mayor gloria de Pedrito Rico (Vestida de novia, 1967). Cantante protesta, a Massiel no le quedó otra que sumarse a la moda de los intérpretes pop que dieron el salto a la gran pantalla en cintas como Codo con codo (1967). Como ocurrió con otros coetáneos, la cosa no funcionó. La única excepción fue Raphael, el único que consiguió sustituir en el imaginario del público a las estrellas de la copla.

EL MEJOR PAPEL DE MASSIEL

Tras ganar el Festival de Eurovisión tuvo película con un título tomado del verdadero nombre de su exitosa canción: Cantando a la vida. Dirigida por Angelino Fons, considero uno de los nuevos creadores del cine español, y con coproducción alemana. Massiel era Massiel, una cantante que tras triunfar en toda Europa se retiraba del mundanal ruido generando toda una campaña en la prensa para saber qué le había pasado. ¿Les suena? Un amigo, no sé si con mal leche, insinuó que Chanel debería protagonizar un remake.

Luego llegó un largo silencio cinematográfico salvo algún cameo como el polémico que realizó en el documental Rafael en Raphael (1975) y que la alejó durante un tiempo del de Linares. También hubo una marcianada en plena Transición con Viva/ muera Don Juan (1977) donde se reunió con Paquita Rico y Ángela Molina. Su mejor papel, así lo han reconocido los críticos y por ella misma, ha sido, hoy por hoy, su última cinta: La vida alegre (1987) de Fernando Colomo donde interpretaba a una prostituta junto a Verónica Forqué y Ana Obregón. Una cinta donde explotaba un potencial que la gran pantalla siempre ha malgastado. En beneficio de la pequeña, claro.