Las patatas son ese básico infalible que nunca falta en la cocina, pero si alguna vez has encontrado una con un tono verdoso o brotes sospechosos, ¡alerta! No es solo un tema de estética o frescura, hay algo más serio detrás: la chaconina y la solanina. Estos dos compuestos naturales pueden ser tóxicos si los consumimos en grandes cantidades, y sus efectos no son precisamente agradables. Así que, antes de cocinar esas patatas que llevan demasiado tiempo en la despensa, aquí tienes todo lo que necesitas saber para evitar un mal rato.
2¿Qué hacer si las patatas tienen brotes o están verdes?
Si ves que una patata tiene pequeños brotes, la solución es sencilla: quítalos antes de cocinarla. Pero si al cortarla notas que el interior también tiene un tono verdoso, lo mejor es descartarla por completo. No vale la pena arriesgarse a un malestar estomacal solo por intentar aprovechar un tubérculo.
Además, para reducir la presencia de estas toxinas, pelar las patatas ayuda bastante, ya que así eliminamos una gran parte de los glicoalcaloides. Otro truco es almacenarlas en un lugar fresco, seco y oscuro, lejos de la luz directa, para evitar que empiecen a producir estas sustancias dañinas.