Las patatas son ese básico infalible que nunca falta en la cocina, pero si alguna vez has encontrado una con un tono verdoso o brotes sospechosos, ¡alerta! No es solo un tema de estética o frescura, hay algo más serio detrás: la chaconina y la solanina. Estos dos compuestos naturales pueden ser tóxicos si los consumimos en grandes cantidades, y sus efectos no son precisamente agradables. Así que, antes de cocinar esas patatas que llevan demasiado tiempo en la despensa, aquí tienes todo lo que necesitas saber para evitar un mal rato.
1¿Por qué las patatas verdes y con brotes pueden ser peligrosas?
Cuando las patatas se exponen a la luz o se almacenan durante demasiado tiempo, empiezan a desarrollar una tonalidad verde y a sacar brotes. Lo que muchos no saben es que esto es una señal de que han aumentado sus niveles de chaconina y solanina, dos sustancias tóxicas que, en exceso, pueden provocar síntomas como dolor abdominal, vómitos, náuseas, debilidad e incluso alucinaciones. Sí, como lo lees, ¡no es broma!
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), ingerir una cantidad superior a 1 mg/kg de peso corporal puede causar intoxicaciones graves. Y como la mayor concentración de estos compuestos está en la piel y los brotes, si te encuentras con una patata sospechosa, mejor piénsalo dos veces antes de echarla a la cazuela.