A medida que Glovo continúa su proceso de contratación, los repartidores que siguen operando en la plataforma como autónomos empiezan a notar cambios. Sin embargo, en los últimos meses, hay una queja que repiten una y otra vez, en privado y en foros públicos: Que cada vez reciben menos pedidos en la aplicación y que esto se traduce en una menor rentabilidad por el mismo tiempo de trabajo.
Las explicaciones son variadas, algunos asegurando que se debe a que los repartidores que trabajan como parte de las flotas de terceras empresas como Easy Rider o Job and Talent, que han empezado a expandirse desde el anuncio de la contratación de los riders por parte de la empresa, y otros señalando los problemas que ha generado el proceso de contratación. También es cierto que la queja viene sobre todo por cómo esto se refleja en el bolsillo de unos repartidores que, en muchos casos, deben pagar el alquiler de una cuenta sin ninguna protección legal.
Glovo, por su lado, ha asegurado en el pasado que el algoritmo de la plataforma no tiene capacidad de filtrar este tipo de repartidores de otro, ni tiene motivos reales para hacerlo. En cualquier caso, esto no cambia la experiencia de los repartidores que cada vez sienten que hay un mayor tiempo de espera entre pedidos y con los contratos directos del unicornio español todavía en el congelador, estos repartidores deben enfrentar la realidad de todos los autónomos: Que si no consiguen trabajo para facturar en el día a día, esto se traduce en un menor ingreso y además igual tienen que pagar el mismo monto por la cuota de autónomos.
Lo cierto es que es un motivo más para que los repartidores sigan de cerca el proceso de contratación anunciado por Glovo. La plataforma ha pedido tiempo, aunque mientras tanto sigue operando con «falsos autónomos» asumiendo el riesgo de otra inspección de trabajo o de otra denuncia como la presentada por Just Eat, por competencia desleal, y que podría obligarles a pagar los 295 millones de euros, y por supuesto la delicada situación del fundador y consejero delegado de la empresa, Oscar Pierre, acusado por fiscalía por violar los derechos de los trabajadores.
SE REDUCEN LOS INGRESOS DE LOS REPARTIDORES
La realidad es que es difícil discutir con los repartidores sobre la reducción de los ingresos que generan en la plataforma. Las historias de repartidores de Glovo o de Uber Eats que podían juntar más de 2000 euros al mes son comunes, aunque su estatus como autónomos hacía que cualquier ingreso fuese irregular y que factores como el clima, la vacación o la situación económica del resto de España tuviese un efecto directo en sus ganancias.
Además, incluso antes de la decisión de iniciar este proceso de contratación, los problemas de los repartidores que veían la disminución de su ingreso mensual estaban presentes. El motivo principal es el exceso de repartidores en algunas ciudades y zonas de España, en buen nivel causado por las cuentas de personas indocumentadas que tanto Glovo como sus rivales han intentado filtrar, sin éxito, de la aplicación.
A esta crisis se suma el cierre de competidores como Stuart y Deliveroo en España. Eso ha hecho que todos los repartidores dados de alta como autónomos, o bien usando cuentas ilegales, se quedarán solo entre la propia Glovo y Uber Eats. Ahora incluso con la presencia de competidores más pequeños, como el caso reciente de Catcher, parece complicado que el sistema actual sea rentable para los repartidores, lo que hace todavía más importante que se acelere un proceso de contratación que espera terminar durante el verano.
UN PROCESO DE CONTRATACIÓN DEMASIADO LENTO EN GLOVO
Lo cierto es que el proceso de contratación no ha sido inmediato. La empresa, y el propio Oscar Pierre, han expresado en diversas ocasiones que es mucho más complicado de lo que parece desde afuera. Lo cierto es que la empresa está dedicando 100 millones de euros a todo el proceso, y que ha ido avanzando poco a poco, revisando las regularizaciones de sus trabajadores y que esperan que en las próximas semanas haya un modelo de contrato que puedan ver los repartidores y los medios. Mientras tanto, las ETT y empresas de flotas ya han empezado a hacer ofertas y a fichar repartidores que hasta ahora operaban como autónomos.
El proceso está teniendo un efecto directo en los ingresos de los repartidores, que siguen siendo la base de todo el negocio de este sector. Si bien las ventajas de trabajar con un contrato real son evidentes, tanto el sueldo fijo como el derecho a vacaciones o la responsabilidad compartida con la empresa de los materiales de trabajo, también es cierto que es un cambio radical en la forma de vida de estos trabajadores, que además dejará a miles de estos fuera de este nuevo modelo.