El rey Juan Carlos se encuentra atravesando uno de los momentos más duros de su vida; la reciente muerte de su gran amigo, Karim Aga Khan IV, ha dejado al monarca emérito sumido en una profunda tristeza y soledad. Esta despedida marca el fin de una amistad que duró más de ocho décadas, y con ella, se evidencia el aislamiento y la fragilidad que acompañan al padre de Felipe VI en esta etapa de su vida.
Quedó en el pasado aquel que fuera un hombre poderoso y carismático, hoy, el rey emérito enfrenta el paso del tiempo, las pérdidas personales y el peso de su exilio en Abu Dabi. La muerte de su amigo y el impacto de esta despedida, su vida en soledad y la relación que siempre mantuvo con Karim Aga Khan IV.
5Un futuro incierto y solitario para Juan Carlos
Hace apenas unos días, Pilar Eyre señalaba la inmensa soledad que vive la reina Sofía; pues bien, en el caso del rey Juan Carlos, el emérito también atraviesa duros momentos de soledad. El abuelo de la princesa Leonor se enfrenta a un futuro incierto, el cual se nota marcado por la soledad y la distancia de su tierra.
Si bien, el entorno parece indicar que cuenta con el acompañamiento de su familia de manera ocasional, lo cierto es que su soledad, alejado de sus raíces, es evidente. El rey se encuentra aislado de todo lo que en un momento de su vida fue importante para él; y ahora, tras la muerte de Aga Khan, su sensación de aislamiento se agudiza, dejándolo cada vez más vulnerable.
La soledad del emérito es real y la opinión que se tiene sobre él continúa dividida entre quienes lo siguen viendo como una importante figura en la transición hacia la democracia y quienes solo pueden recordarlo por sus infidelidades y escándalos, especialmente aquellos que marcaron sus últimos años de reinado y que lo llevaron a abandonar el país.