El rey Juan Carlos se encuentra atravesando uno de los momentos más duros de su vida; la reciente muerte de su gran amigo, Karim Aga Khan IV, ha dejado al monarca emérito sumido en una profunda tristeza y soledad. Esta despedida marca el fin de una amistad que duró más de ocho décadas, y con ella, se evidencia el aislamiento y la fragilidad que acompañan al padre de Felipe VI en esta etapa de su vida.
Quedó en el pasado aquel que fuera un hombre poderoso y carismático, hoy, el rey emérito enfrenta el paso del tiempo, las pérdidas personales y el peso de su exilio en Abu Dabi. La muerte de su amigo y el impacto de esta despedida, su vida en soledad y la relación que siempre mantuvo con Karim Aga Khan IV.
2La influencia de la amistad de Karim Aga Khan
El vínculo entre el rey Juan Carlos y Karim Aga Khan, fue más allá de la amistad personal, pues, el líder espiritual de los ismaelitas fue pieza clave para las infantas Elena y Cristina en los momentos de crisis. De hecho, cuando la infanta Cristina se enfrentó al escándalo del caso Nóos, fue Aga Khan quien le ofreció un puesto en su fundación en Ginebra, dando así el apoyo que, en ese momento, tanto necesitaba la infanta.
El gesto de Karim no solo permitió a Cristina la posibilidad de rehacer su vida apartada del escrutinio mediático, sino que otorgó tranquilidad a nivel económico y profesional en el momento más vulnerable que atravesaba la infanta. De hecho, la hija del mejor amigo de Juan Carlos, Zahra, se convirtió también en apoyo fundamental para Cristina y sus hijos.