La reduflación no es para nada un fenómeno nuevo dentro de la economía española, pero si no estás familiarizado con el término, lo vives a diario sin saber a lo que te enfrentas. Seguro que lo has notado: el café que pides cada mañana sigue costando lo mismo (o incluso más), pero la taza parece haber encogido misteriosamente. Bienvenidos a la reduflación en la hostelería, donde el truco no está en subir los precios, sino en darte menos por lo mismo.
Pero este fenómeno no sólo afecta al café, sino a todo el mundo de la restauración y la hostelería (sólo por mencionar algunos sectores), actualmente encuentras hasta las cañas más pequeñas hasta raciones menguantes, los bares y restaurantes han encontrado una forma de sortear las subidas sin que te des cuenta… al menos, hasta que miras tu plato y piensas: «¿No era esto más grande antes?»
No es magia, es estrategia. Con la inflación apretando, muchos locales han optado por reducir la cantidad de producto en lugar de encarecerlo descaradamente. El resultado: tapas más ligeras, postres miniatura y cafés que se beben en dos sorbos. Y aunque el precio sigue pareciendo el de siempre, tu bolsillo (y tu estómago) empiezan a notar la diferencia. ¿La solución? Estar atentos, comparar y exigir que las cuentas sean tan claras como el cristal de tu vaso… aunque cada vez sea más pequeño.
Menos cantidad, más precio: cómo la reduflación afecta a tu café diario
Seguro que más de una vez has pedido tu café de siempre y, al primer sorbo, has notado algo raro. No, no es que el barista haya cambiado de café, pero seguramente te han cambiado la taza por una más pequeña o te han servido menos café, lo cierto es la taza sigue ahí, el precio es el mismo (o incluso más alto), pero la cantidad… ¡ha encogido!
Bienvenidos al maravilloso mundo de la reduflación, donde pagas lo mismo (o más), pero por menos café. Es el truco maestro de algunos bares y restaurantes que, para torear la subida de costes sin subir descaradamente los precios, han decidido aplicar la técnica de la mini-taza. Y claro, tú sales del bar con la misma cafeína, pero con la sensación de que alguien te ha hecho un pequeño «simpa» con el contenido de la taza.
Pero ojo, que esto no solo pasa con el café. Seguro que te ha ocurrido con el zumo de naranja, la tostada o incluso el tamaño del croissant. Antes te servían un café que llenaba la taza hasta el borde, ahora apenas llega a la mitad y, si te fijas bien, la espuma ocupa más espacio del que debería (sí, la espuma también puede ser una conspiración). Y lo peor es que muchos ni siquiera lo notan al principio, hasta que un día comparan con una foto antigua y descubren la verdad: nos están sirviendo café en modo «fun size» sin avisar. ¿Lo próximo qué será? ¿Cobrar por el aire de la taza?
El coste de la taza no sube por el café, sino por estos factores ocultos
Seguro que lo has notado: cada vez en más bares y restaurantes te están sirviendo menos cantidad de productos, cobrándote el mismo precio, haciéndote creer que estas consumiendo lo misma cantidad de antes, y no es tu imaginación. Pero la otra parte de la historia, es que la inflación está afectando el normal funcionamiento de estos establecimientos.
El coste de tu café no está subiendo solo por los granos molidos, sino por un montón de factores ocultos que juegan en las sombras. Desde la electricidad que mantiene caliente la cafetera hasta el cartón del vaso si te lo llevas para llevar, todo ha subido de precio. Y sí, hasta la servilleta que te dan junto al café está más cara. La inflación no la ves venir, pero ahí está, haciendo de las suyas.
Pero hay más. Algunas cafeterías han encontrado formas creativas de mantener sus márgenes sin que parezca que están subiendo precios. ¿Te has fijado en que la taza es un pelín más pequeña? O que el café viene con menos leche, pero más espuma (porque el aire sigue siendo gratis, de momento).
Incluso algunas marcas han reducido la cantidad en sus paquetes de café molido, así que en casa también estás pagando más por menos (y esta es la parte complicada del tema). Lo llaman “ajustes por costes de producción”, pero tú y yo sabemos que es la versión barista de la reduflación. Así que la próxima vez que pidas tu dosis de cafeína, que no te extrañe si sientes que te han servido más inflación que café.
¿Estrategia o necesidad? Lo que dicen los dueños de bares sobre el ajuste en las porciones
Pero como no sólo podemos quedarnos con una sola versión de la historia, tenemos que conocer la historia de los dueños de bares y restaurantes, que tienen una visión bastante clara sobre el ajuste en las porciones. De hecho algunos lo ven como una estrategia para sobrevivir en tiempos difíciles, mientras que otros simplemente lo hacen por necesidad. Es decir, tienen que decidir entre ofrecer un café de buena calidad y reducir las cantidades, no hay otra forma de hacerlo sin tener que aumentar el precio.
Y claro, no es solo el café, está la cerveza, los snacks y hasta las tapas han experimentado recortes. Según el sector de la hostelería y la restauración, todo está subiendo: desde el precio de la luz hasta el de los ingredientes básicos. Así que, ¿estrategia o necesidad? Bueno, un poco de ambas, si me preguntas.
Pero no todo es tan dramático ni todo está perdido. Algunos bares, en lugar de reducir la cantidad de comida o bebida, están tirando por la vía de la calidad. Es decir, prefieren incluso servir menos cantidad (si utilizan buena calidad) o en su defecto jugar con la calidad de los ingredientes. Así que, aunque en muchos casos el ajuste es inevitable debido a los aumentos de los costos, no todos los bares se conforman con seguir la corriente de la reduflación, así que todavía no perdamos la fe en la capacidad inventiva de este sector. A veces, lo que parecía un ajuste forzoso se convierte en una estrategia para ofrecer algo diferente sin perder la esencia del negocio.