Abre en Barcelona «Fernando Botero: Un Maestro universal», la mayor exposición jamás celebrada en España sobre el colombiano

A poco más de un año de su fallecimiento, el Palau Martorell acoge la más completa exposición jamás celebrada en España sobre Fernando Botero (Medellín, Colombia, 1932 – Mónaco, 2023), con la cual rinde homenaje a uno de los artistas más importantes del siglo XX. El principal logro de Botero fue la creación de un estilo único y original reconocido universalmente el cual radica en haber llevado el volumen y su exaltación a un lugar sin precedentes en la historia del arte.

Autor de obras icónicas que forman parte del imaginario colectivo, Botero, nacido en Colombia en 1932, comenzó a pintar muy joven, y logró un lugar en el panorama artístico internacional a partir de 1961, cuando el MOMA de Nueva York decidió adquirir su obra «Mona Lisa a los doce años» (1959), momento en el que comenzó a despegar su fama y su carrera a nivel internacional.
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Con más de 110 obras, y comisariada por Lina Botero, hija del artista, y Cristina Carrillo de Albornoz, experta en su obra, la muestra explora tanto la intensa, prolífica y excepcional producción que distinguió a Botero, como su experimentación con las diversas técnicas que dominó a lo largo de su carrera. Incluye sus pinturas al óleo, esculturas, pasteles, acuarelas y dibujos a lápiz,  sanguínea y carboncillo, demostrando la riqueza, profundidad y versatilidad de su obra. En última instancia, la exposición resulta un homenaje a su obra total.
 
“Estamos ante un evento excepcional porque es la primera vez que se presenta una gran muestra de la obra de Fernando Botero en Barcelona. Es también una visión diferente de su trabajo la cual resalta la maestría con la que Botero trabajó diferentes técnicas a lo largo de su carrera artística», afirma Lina Botero, quien concluye: «Es una oportunidad extraordinaria para celebrar la obra de mi padre en España, un país que significó mucho para él y para su trabajo”.
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Botero siempre estuvo vinculado a la tradición de los grandes maestros, y la exposición examina también su relación con España e Italia, su segunda patria, y el papel crucial que estos dos países, a los que siempre estuvo unido, desempeñaron en su trayectoria. Para el artista colombiano, quien fue siempre autodidacta, sus grandes maestros fueron artistas como Velázquez, Goya o Tiziano cuyas obras de importancia universal se encuentran en el Museo del Prado. Además, fue en Italia, a principios de los años 50, mientras estudiaba las inmensas formas y los extraordinarios colores de la pintura del Quattrocento, donde llegó a comprender su propio interés, una fascinación innata por los volúmenes, y emprendió su transformación estilística.
 
A este respecto, Cristina Carrillo de Albornoz añade: «Botero llegó a España con 20 años. Desembarcó en Barcelona, y mantuvo siempre una gran admiración por el genio de Picasso, su primer referente. Sin embargo, su maestro fue el Museo del Prado, principalmente Velázquez, Goya y Tiziano. Estos «padres artísticos» le mostraron el camino de la excelencia a seguir, gracias al que se alzaría finalmente como un maestro moderno con un estilo propio y único, reconocido universalmente”.
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Destacan dos de las obras que se pueden admirar en la exposición, inéditas hasta la fecha: «La Menina, según Velázquez», pieza fundamental la cual nunca ha sido expuesta al público, porque siempre estuvo colgada en el estudio de Botero en París; y «Homenaje a Mantegna», de 1958, un préstamo extraordinario de una colección privada de Estados Unidos, cuya ubicación fue descubierta recientemente después de décadas, por Lina Botero a través de Christie’s.
 
El recorrido presenta también obras de sus series más icónicas que abordan los temas más queridos por él, como su amada Latinoamérica, el circo, la religión y la naturaleza muerta. También cuenta con una sala dedicada a la experimentación más reciente del Maestro, quien pintó con una nueva técnica acuarelas sobre lienzo y en grandes formatos: obras casi diáfanas, síntesis del trabajo de toda su vida, resultado de un delicado acercamiento a temas familiares. 
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Aunque estaba convencido de que “el arte debía producir placer”, durante su trayectoria artística se alejó brevemente de esta premisa para abordar temas de denuncia en dos series: una dedicada a la violencia en Colombia, y otra a las torturas perpetradas por soldados americanos en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, ambas presentes en la muestra.

Como él mismo explicaba, pasó todos los días de su vida y hasta el último “aprendiendo la compleja técnica de la pintura”. En 2020, le preguntaron: “¿Qué le gustaría hacer?”, a lo que respondió humildemente: “Aprender a pintar. Lo maravilloso de la pintura es que nadie puede decir que sabe pintar. Pintar día tras día te lleva por nuevos caminos. Te lleva a no dejar nunca de practicar”. Y así fue, Fernando Botero murió el 15 de septiembre de 2023 haciendo realidad su sueño de seguir trabajando hasta el final, dejando un legado monumental que sigue inspirando al mundo del arte. 
“Fernando Botero: Un Maestro universal” está producida y organizada por el Palau Martorell y Arthemisia en colaboración con la Fundación Fernando Botero, y cuenta con Clear Channel como partner.
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