Si hay algo que hace reconocida a la reina Letizia, eso es su impecable imagen pública, su dedicación a la vida saludable y su compromiso con causas sociales. Ahora bien, detrás de esa fachada de disciplina y elegancia, se encuentra presente un hábito que ha intentado ocultar durante años y que la hace encerrarse en los lavabos.
Aun cuando mantiene firmes sus intenciones de proyectar una imagen de mujer consciente y saludable, como es de esperarse, la esposa de Felipe VI no es perfecta, tal como se ha dado a conocer.
1Letizia: Una imagen pública impecable
La imagen que se construyó y que se mantiene públicamente de la reina Letizia, es la de una mujer que combina elegancia, disciplina y compromiso social. Desde el primer momento en el que se convirtió en reina consorte, la madre de la princesa Leonor ha trabajado arduamente para consolidar su papel dentro de la monarquía.
La dedicación de la reina a causas como la educación, la salud y la igualdad de género ha sido ampliamente reconocida, y su estilo de vida saludable es un ejemplo para muchos. Sin embargo, detrás de esta imagen perfecta, existe una realidad más compleja. Te lo contamos todo a continuación.
