Olvídate del moho con los 2 trucos caseros que dejan las juntas de la ducha como los chorros del oro

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Este problema de suciedad y el moho en las duchas es uno de los que generan más dolores de cabeza a aquellos que se “preocupan” por la limpieza y es justamente porque es la suciedad más difícil de erradicar. Las juntas de silicona en la ducha, esas pequeñas grietas entre los azulejos, son los primeros lugares en los que el moho y la suciedad se hacen presentes.

La humedad constante y el calor convierten este espacio en un terreno fértil para el moho, y antes de que te des cuenta, esas juntas blancas que tenías tan relucientes, empiezan a ponerse literalmente negras. ¡Pero no te preocupes! No hace falta gastar un dineral en productos químicos que puedan dañar tu salud o el medio ambiente. Aquí tienes dos trucos caseros fáciles, rápidos y efectivos para dejar las juntas de tu ducha tan brillantes como los chorros de oro.

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Combinando ambos trucos para eliminar el moho: limpieza y desinfección a tope

Combinando ambos trucos: limpieza y desinfección a tope
Imagen: Freepik Premium

Si lo que buscas es un resultado más completo, la combinación de ambos trucos es la clave. Primero, aplica la mezcla de vinagre y bicarbonato para eliminar la suciedad incrustada y el moho visible. Una vez que hayas enjuagado y secado, pasa el aceite esencial de árbol de té para asegurarte de que las juntas queden completamente desinfectadas y protegidas contra futuras invasiones de hongos. Este sencillo procedimiento no solo devolverá la blancura a tus juntas, sino que también contribuirá a mantenerlas impecables durante más tiempo.

Resumiendo, no hace falta gastar fortunas en productos caros y potencialmente peligrosos para mantener las juntas de la ducha como nuevas. Con estos dos trucos caseros, basados en ingredientes naturales que probablemente ya tengas en casa, podrás eliminar el moho y la suciedad de forma efectiva y sin complicaciones. Así que, olvídate de esos productos químicos y prepárate para ver cómo tus juntas brillan como los chorros del oro. ¡El baño nunca estuvo tan limpio!

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