Este problema de suciedad y el moho en las duchas es uno de los que generan más dolores de cabeza a aquellos que se “preocupan” por la limpieza y es justamente porque es la suciedad más difícil de erradicar. Las juntas de silicona en la ducha, esas pequeñas grietas entre los azulejos, son los primeros lugares en los que el moho y la suciedad se hacen presentes.
La humedad constante y el calor convierten este espacio en un terreno fértil para el moho, y antes de que te des cuenta, esas juntas blancas que tenías tan relucientes, empiezan a ponerse literalmente negras. ¡Pero no te preocupes! No hace falta gastar un dineral en productos químicos que puedan dañar tu salud o el medio ambiente. Aquí tienes dos trucos caseros fáciles, rápidos y efectivos para dejar las juntas de tu ducha tan brillantes como los chorros de oro.
1El poder del vinagre blanco y bicarbonato: un dúo imbatible
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El bicarbonato de sodio y el vinagre blanco son productos que solemos tener en casa y muchas veces pasan desapercibidos, cuando en realidad tienen un gran potencial en cuanto al tema de limpieza se refiere. El vinagre blanco y el bicarbonato de sodio son los verdaderos héroes del hogar. Este par no solo es económico, sino también súper efectivo para combatir el moho y la suciedad acumulada.
Lo primero que debes hacer es mezclar una pequeña cantidad de vinagre blanco con bicarbonato hasta formar una pasta espesa. Cuando ya tengas la mezcla lista, aplica la mezcla sobre las juntas con un estropajo o un cepillo suave (normalmente se utiliza un cepillo de dientes viejos, de esos que ya no usas). Lo ideal sería dejar que actúe durante la mezcla durante unos minutos para que los ingredientes hagan su magia, y luego enjuaga con agua. El resultado: unas juntas limpias y blancas, listas para brillar de nuevo.