La nueva moda belga: jóvenes llevan tablas de planchar por la calle y no es para la ropa

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No lo vamos a negar, el tema del planchado y las tablas para planchar la ropa no es un tema ni una tarea fácil de llevar ni cuenta con muchos seguidores, hay quienes literalmente odian planchar, tanto  incluso que dejan la tabla acumulando polvo en un rincón de casa o peor aún, van creando una montaña de ropa encima de ella. Pero en Bélgica, los jóvenes han encontrado un nuevo y sorprendente uso para este utensilio doméstico, ¡tenían que ser los vengas!.

Y es que las calles de muchas ciudades belgas se están llenando de gente que pasea con tablas de planchar bajo el brazo, y no, no es que hayan decidido hacer una maratón de ropa impecable. Resulta que estas tablas se han convertido en el accesorio perfecto para los botellones y reuniones al aire libre.

Álvaro Linares, un usuario de Instagram, compartió un video que ha dejado a todos boquiabiertos: «Seguro que esto no lo conocías. Una buena costumbre en Bélgica es todo tener una tabla de planchar. No siempre la usarán para planchar. Pero si ves a alguien llevando una tabla de planchar por la calle, sigue, que seguramente vaya a un botellón. La usan como mesa», explicó.

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La revolución de lo cotidiano

La revolución de lo cotidiano
Imágen: Freepik Premium

Pero lo cierto del caso, es que este fenómeno no solo ha generado curiosidad, sino también admiración por la creatividad de los jóvenes belgas. ¿Quién habría pensado que un objeto tan asociado a una de las tareas domésticas más odiadas podría convertirse en el alma de la fiesta? Además, en una época en la que cada vez más personas optan por no planchar su ropa o prefieren tejidos que no se arrugan, las tablas de planchar están encontrando una nueva vida fuera del hogar.

Las redes sociales están llenas de videos y fotos de estos peculiares «muebles portátiles», que ya se han ganado un lugar en la cultura festiva belga. Quién sabe, quizás esta tendencia cruce fronteras y pronto veamos tablas de planchar en nuestras propias fiestas al aire libre. Por ahora, los belgas nos han demostrado que con un poco de ingenio, cualquier objeto cotidiano puede transformarse en algo completamente nuevo y útil, ¡para los que decían que a los belgas no se les ocurría nada bueno!

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