jueves, 6 febrero 2025 17:38

Alexia Putellas da la puntilla a Luis Rubiales

Alexia Putellas declara en el juicio de Jenni Hermoso contra Luis Rubiales

Alexia Putellas testificó este jueves por videoconferencia desde Barcelona en la cuarta sesión del juicio contra Luis Rubiales por el beso a Jenni Hermoso. La futbolista catalana relató que, durante el vuelo de regreso a España tras ganar el Mundial, vio a Hermoso «muy agobiada» e incluso llorando, ya que la presionaban para minimizar el incidente con el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Putellas también mencionó que, en Ibiza, su compañera rompió a llorar en varias ocasiones y llegó a expresarle su angustia con la frase: «No sé qué hago aquí«, reflejando el malestar que vivió en esos días posteriores a la polémica.

Ante las preguntas de la fiscal Marta Durántez, Alexia Putellas explicó que no presenció directamente el momento en que Luis Rubiales besó en la boca a Jenni Hermoso. Sin embargo, poco después, la jugadora madrileña le comentó: «Tía, me acaba de dar un beso Rubiales«. En medio de la euforia por la victoria, Putellas no le dio mayor importancia en ese instante y respondió de manera despreocupada: «Anda, calla».

El Legado En Ascenso De Alexia Putellas
Alexia Putellas

Alexia Putellas afirma que vio a Hermoso muy agobiada

Putellas recordó que, en ese instante, la expresión de Hermoso le pareció «un poco rara», aunque no volvió a hablar con ella sobre el tema hasta que, en el autobús, sus compañeras comenzaron a hacer cánticos sobre el beso. En ese momento, Irene Paredes les pidió que no hicieran bromas porque la situación era «grave», pero Putellas respondió que no pasaba nada. Hasta entonces, la futbolista catalana pensaba que se había tratado de un beso «fortuito» y que sus labios habían «chocado» de forma accidental al saludarse. Sin embargo, Hermoso le insistió en que era algo «muy fuerte» y le preguntó: «¿No lo has visto?«. Acto seguido, le mostró el video del beso mientras expresaba su incredulidad: «No sé cómo se le ha pasado por la cabeza lo de darme un beso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?».

Durante el trayecto al aeropuerto, Putellas también observó que, en un momento dado, hicieron bajar a Hermoso del autobús, aunque no supo quién se lo pidió. Una vez en la terminal, la vio «muy agobiada, que no la dejaban, que no paraban», en referencia a las presiones que ya estaba recibiendo para que minimizara públicamente lo ocurrido. La última vez que la vio llorar, según relató ante el juez, fue en el avión, cuando Rubiales insistió en hablar con ella. Al regresar, Hermoso les explicó a sus compañeras que el entonces presidente de la RFEF no dejaba de relatarle los hechos «como si ella no lo hubiera vivido en primera persona» y que intentaba convencerla de que declarara que había sido un beso consentido. Ante esto, la futbolista madrileña se mostró firme y respondió que no necesitaba que nadie le contara lo que había sucedido, porque ella misma lo había vivido y solo quería que la dejaran tranquila.

Los testigos según Putellas

Alexia Putellas ha relatado que el ambiente en el avión tras los hechos con Luis Rubiales era «un poco extraño». La futbolista mencionó que se escuchaban comentarios como «esto mañana se filtra a la prensa» y también que algunos pasajeros realizaban movimientos que hacían referencia a lo ocurrido en el palco con la reina y la infanta Sofía. Después de señalar a las personas presentes en el avión con Rubiales, incluido el exseleccionador femenino Jorge Vilda, uno de los acusados, la fiscal le preguntó si el seleccionador masculino, Luis de la Fuente, también estaba presente, dado que su testimonio en el juicio había sido cuestionado por Durántez.

«Diría que no«, respondió Putellas, lo que provocó la intervención del juez José Manuel Fernández-Prieto, quien le recordó que ya se había enfatizado repetidamente que, en este proceso, «no estamos haciendo una instrucción, no estamos investigando». El juez señaló que el propósito del juicio es probar hechos y no acusar a personas que no están siendo investigadas o que no forman parte de las acusaciones.