La OCU recuerda la temperatura a la que debe ponerse el frigorífico y el congelador en invierno

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Mantener la temperatura adecuada en los frigoríficos y congeladores es fundamental para garantizar una correcta conservación de los alimentos y optimizar el consumo energético. Sin embargo, muchas personas desconocen que estos ajustes pueden variar según la época del año. De acuerdo a lo informado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en invierno, cuando las temperaturas descienden, es necesario adaptar la configuración del frigorífico y el congelador para maximizar su eficiencia y reducir el gasto.

La OCU ha establecido una serie de recomendaciones sobre la temperatura ideal que deben mantener estos electrodomésticos para asegurar la frescura de los alimentos y minimizar el desperdicio. Ajustar correctamente la temperatura no solo previene la proliferación de bacterias y microorganismos peligrosos, sino que también ayuda a reducir el consumo eléctrico, lo que se traduce en un ahorro en la factura de la luz. En este artículo, exploraremos cuál es la temperatura ideal para el frigorífico y el congelador en invierno.

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¿Cuál es la temperatura ideal del frigorífico según la OCU?

¿Cuál es la temperatura ideal del frigorífico según la OCU?

La OCU recomienda que la temperatura del frigorífico se mantenga entre 1°C y 4°C para garantizar una correcta conservación de los alimentos. Sin embargo, durante el invierno, este rango puede adaptarse en función de la cantidad de productos almacenados y la frecuencia con la que se abre la puerta del electrodoméstico.

Si el frigorífico está muy lleno, lo ideal es ajustar la temperatura entre 1°C y 2°C para asegurar una refrigeración homogénea y evitar la proliferación de microorganismos. En cambio, si el frigorífico tiene menos productos almacenados, se puede optar por una temperatura más cercana a los 4°C, lo que permitirá ahorrar energía sin comprometer la seguridad alimentaria.

Además, la OCU indica que los cajones de conservación de carnes y pescados deben mantenerse a una temperatura de 0°C o menos para evitar su deterioro. Los productos lácteos y los alimentos preparados deben situarse en la parte media del frigorífico, donde la temperatura oscila entre 2°C y 3°C, mientras que las frutas y verduras deben conservarse en los compartimentos específicos a temperaturas entre 3°C y 4°C.