¡Existen tantas aventuras asociadas a viajes en taxis y los taxistas como arena en el desierto! Y todas bastante curiosas e impredecibles (algunas con un final no tan feliz incluso), pero la historia de Isabel María, una joven creadora de contenido, supera cualquier expectativa. Mientras viajaba en un taxi por la capital española, acabó siendo el blanco de una bronca totalmente injustificada por parte de un taxista. ¿Y todo por qué? Porque él pensó que ella era la responsable de esas molestas llamadas que a veces recibimos a mediodía, justo cuando estamos descansando, vamos que la ha confundido con una teleoperadora. Te contamos lo que pasó exactamente.
3Muchos se preguntan ¿Por qué callarse ante una bronca ajena?
Lo cierto es que Isabel se sintió atrapada. El taxista insistió una y otra vez, bloqueando números, quejándose de la molestia constante de las llamadas que él pensaba eran responsabilidad de su pasajera. Isabel, por no saber cómo salir de esa conversación, optó por callarse y dejar que el taxista descargara toda su frustración. Al final, la pobre acabó siendo víctima de una bronca que no solo no le correspondía, sino que la dejó con un mal sabor de boca.
Lo ocurrido es un claro ejemplo de cómo a veces nos encontramos en situaciones en las que no sabemos cómo reaccionar, pero en este caso, la pobre joven solo estaba disfrutando de un simple trayecto en taxi.
Una historia curiosa que nos hace reflexionar sobre cómo las percepciones erróneas pueden llevar a situaciones completamente injustas. En este caso, el taxista dejó escapar toda su frustración con la persona equivocada. ¿Quién sabe qué habría pasado si Isabel le hubiera aclarado que su trabajo no tiene nada que ver con las molestas llamadas telefónicas? Al final, lo importante es que, aunque no lo mereciera, Isabel vivió un momento que, seguro, no olvidará nunca, sobre todo las teleoperadoras de telefonía. ¡Tierra, trágame!