¿Las etiquetas medioambientales realmente funcionan o solo son un distintivo de clases sociales? Las etiquetas medioambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT) se han convertido en una herramienta clave para promover la movilidad sostenible. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha encontrado un problema en el sistema. Según la organización, estas etiquetas, diseñadas para clasificar los vehículos según su impacto ambiental, no reflejan la realidad de las emisiones.
La OCU afirmó que el actual sistema de etiquetado beneficia a los vehículos más caros, otorgándoles acceso privilegiado a zonas de bajas emisiones, mientras que muchos de estos coches no cumplen con las expectativas de eficiencia y sostenibilidad. Esta situación ha llevado a la organización a solicitar una revisión urgente del sistema, proponiendo que las etiquetas se basen en la contaminación real y no solo en el tipo de motor.
4Las propuestas de la OCU: hacia un sistema más justo y eficiente
Ante estas críticas, la OCU no se ha limitado a señalar los problemas, sino que ha presentado una serie de propuestas concretas para mejorar el sistema de etiquetado. En primer lugar, la organización sugiere que las etiquetas se otorguen en función de las emisiones reales de cada vehículo, medidas en condiciones reales de conducción, en lugar de basarse únicamente en el tipo de motor.
Además, la OCU aboga por ampliar las ayudas para la compra de vehículos verdaderamente limpios, promover el renting como una opción más accesible para adquirir coches menos contaminantes, y fortalecer el transporte público como alternativa ecológica. Estas medidas, según la organización, no solo mejorarían la eficacia del sistema, sino que también lo harían más equitativo.