Si andas buscando un postre que sea tan sencillo como delicioso y, lo mejor, que no te haga sudar frente al horno, ¡esta tarta de limón sin horno es tu salvación! Con una base crujiente de galletas, un relleno cremoso y un toque de limón que refresca hasta el alma, este postre será el protagonista de cualquier comida o reunión. ¿Lo mejor? No necesitas ser un chef de repostería, solo seguir unos pasos facilísimos.
2El relleno de limón que enamora
Aquí viene la magia: el relleno. Hidrata un par de hojas de gelatina en zumo de limón fresco. ¿Qué no tienes gelatina? No pasa nada, puedes usar gelatina en polvo. Caliente el zumo un poquito en el microondas para que la gelatina se disuelva bien y deja que enfríe un rato. Después, mézclalo con leche condensada (porque sí, lo dulce siempre mejora la vida).
En paralelo, monta nata hasta que esté medio firme. Nada complicado, que no tiene que quedar perfecto. Ahora, junta la nata con la mezcla de limón usando movimientos envolventes (suena elegante, pero es básicamente mezclar con paciencia para que quede aireada). Vuelca esta cremita sobre la base de galletas ya fría, alisa con una cuchara y ¡a la nevera! Déjala reposar mínimo 6 horas, pero si puedes aguantar toda la noche, te prometo que valdrá la pena.
