Si andas buscando un postre que sea tan sencillo como delicioso y, lo mejor, que no te haga sudar frente al horno, ¡esta tarta de limón sin horno es tu salvación! Con una base crujiente de galletas, un relleno cremoso y un toque de limón que refresca hasta el alma, este postre será el protagonista de cualquier comida o reunión. ¿Lo mejor? No necesitas ser un chef de repostería, solo seguir unos pasos facilísimos.
1La base crujiente que toda tarta de limón sin horno necesita
Primero, vamos con la base. Tritura galletas (las que más te gusten, pero yo voto por las tipo Digestive o María) hasta que queden como arena fina. Luego, mézclalas con mantequilla derretida y un chorrito de leche para darle un extra de suavidad. Si te sientes atrevido, añade ralladura de limón o un toque de azúcar. Compacta esta mezcla en un molde desmontable, aplastándola bien (con el fondo de un vaso funciona genial) y métela a la nevera. Mientras se enfría, tú puedes hacer lo mismo con un vaso de algo fresco.