Si pensabas que ya lo habías visto todo, espera a escuchar esta historia. En El Corte Inglés de Alcalá de Henares, una mujer fue sorprendida intentando llevarse a casa una curiosa mezcla de productos: gambas, tartaletas y ropa interior. Sí, como si fuera un combo extraño para una noche loca. ¿Su excusa? Que todo fue un “despiste” provocado por los ansiolíticos. Pero la justicia no se lo creyó ni un poquito, y la cosa acabó con condena incluida.
3La justicia no se anda con tonterías
¿El resultado? Una multa de 15 días a razón de 4 euros diarios (un total de 60 euros) y la obligación de pagarle a El Corte Inglés 12 euros por las braguitas que no pudieron recuperar. Para rematar, los productos recuperados acabaron donados a la beneficencia. Así que, de una manera u otra, alguien más necesitaba esas gambas.
El tribunal dejó claro que el robo no fue un simple descuido, y que las pruebas, incluido el testimonio del justiciero, demostraron una clara intención de apropiarse de los productos. Vamos, que la excusa de los ansiolíticos no tenía ni pies ni cabeza.