Con la llegada del invierno, no solo nos enfrentamos a las bajas temperaturas y los días lluviosos, sino también a un aumento de los dolores de espalda, especialmente las lumbalgias. Es un clásico: cuando llega el frío, el dolor lumbar parece multiplicarse. Pero, ¿por qué nos afecta tanto? Hoy te explicamos lo que dice la ciencia sobre las lumbalgias invernales y qué factores meteorológicos y físicos pueden empeorar este dolor.
3La importancia de la prevención y el ejercicio físico para evitar los dolores de espalda durante el invierno
Aunque el frío y la presión atmosférica pueden influir en la aparición del dolor lumbar, lo más importante es mantener los músculos fuertes y flexibles. El ejercicio físico es clave para prevenir las lumbalgias, incluso en invierno. Los expertos recomiendan calentar antes de cualquier actividad física para mejorar la circulación y preparar los músculos para el esfuerzo.
Además, mantenerte activo (sin caer en el exceso de reposo) es fundamental para reducir la rigidez y favorecer la recuperación si ya estás sufriendo un episodio de dolor. Y aunque la postura es importante, lo que realmente marca la diferencia es fortalecer la musculatura de la espalda. Realizar actividad física de manera regular, adaptada a tu nivel, es la mejor forma de prevenir el dolor y mantener la salud de tu columna a largo plazo.
En resumen, el frío y otros factores meteorológicos pueden agravar el dolor lumbar, pero la verdadera clave para evitar las lumbalgias estacionales es mantener la musculatura fuerte y flexible. Así que ya sabes, para enfrentar los cambios climáticos con una espalda a prueba de todo, lo más efectivo es hacer ejercicio adecuado y estar siempre listo para prevenir cualquier dolor.