CGT ataca a Oscar Pierre por el algoritmo de Glovo

Hace un mes, aproximadamente, que el fundador y consejero delegado de Glovo, Oscar Pierre, enviaba una carta a través de La Vanguardia para explicar a la población y a sus propios repartidores la decisión de dejar de lado un modelo de autónomos que defendió siempre a capa y espada. Ahora, a través de la Confederación General de Trabajadores (CGT), parte de la acusación particular en el procedimiento abierto por la Fiscalía Provincial de Barcelona, uno de sus riders ha revisado los problemas descritos por el directivo, asegurando que por la forma que funciona el propio algoritmo de la aplicación, no pueden ser considerados como autónomos a pesar de la posición de Pierre.

«Señor Pierre, yo sólo tengo una bici, pero la app, los pedidos, los clientes y hasta las normas que tengo que cumplir para trabajar, pertenece a Glovo. Cuando usted dice que “trabajan para ofrecer el mejor servicio”, olvida mencionar que lo hace a través de miles de riders que transportan su marca, sus mochilas amarillas, por toda España y sí, también por países como Polonia, Italia, Kazajistán, Kenia, Túnez o Ucrania y lo hacen dejándose en el camino su fuerza de trabajo- cuando no la vida- pedaleando para su empresa en situaciones que, en unos años podrá concluirse que fueron, cuanto menos, débiles, en sus propias palabras, en cuanto al modelo de condiciones», explica la carta firmada por Javier Pérez Martínez, portavoz de CGT Riders.

Es un argumento más en contra de lo que siempre han defendido las plataformas de delivery: Que a pesar de las críticas del ministerio de trabajo, en realidad sus repartidores son autónomos. Pero lo cierto es que la necesidad de cubrir turnos largos para poder generar los ingresos necesarios, o los castigos aplicados por el propio algoritmo a aquellos repartidores que rechazan pedidos o que quieren usar la opción del multiplicador para cambiar sus tarifas. Desde Glovo aseguran que esto no ocurre, pero esa no es la experiencia de los riders, como lo explica el texto del portavoz de CGT.

«Si soy autónomo, ¿por qué no puedo negociar mi tarifa o rechazar pedidos sin consecuencias? ¿Por qué tengo que ceñirme a las condiciones que nos dictan?. El dinero que gano no viene del cliente que reparto, ni de a quien recibe mi cliente, sino de Glovo. Yo no tengo una lista de clientes propia, ni decido cuánto cobrarles ni cómo manejar mis servicios», explica el portavoz del sindicato. 

«Si hay una queja, el cliente no me llama a mí, llama a Glovo. Si hay un problema con el pedido, es Glovo quien lo resuelve. Todo pasa por esa omnipresente app. Además, las herramientas más importantes para trabajar –la app, la clientela, incluso las instrucciones de qué hacer y cómo vienen de Glovo. Yo sólo tengo una bici y mi esfuerzo, pero todo lo demás está diseñado, controlado y dirigido por ustedes, Señor Pierre», sentencia el texto publicado a través de la web de la propia CGT.

UN SISTEMA DISEÑADO PARA QUE LOS RIDERS DE GLOVO FUNCIONARAN COMO AUTÓNOMOS

Lo cierto es que el objetivo de la empresa con su algoritmo y su aplicación actual era precisamente acercar las condiciones de los repartidores a las de los autónomos. Era una idea que les permitía cumplir con el texto de la ley rider sin cambiar del todo su modelo de contratación, sobre todo por las complicaciones que la propia plataforma está enfrentando en el proceso de contratación y regularización de sus repartidores, una decisión compleja no solo por el costo del proceso, alrededor de 100 millones de euros, sino por la necesidad de adaptar los horarios de la plataforma a un modelo de riders contratados. 

En cualquier caso será interesante saber como funcionará esta nueva versión de Glovo. El objetivo es que afecte a los usuarios lo menos posible, después de todo se trata de una apuesta compleja, y que tiene que funcionar de forma que se mantenga la competitividad tanto con Just Eat, que también opera con repartidores bajo contrato, como con una Uber Eats que sigue sin cambiar su modelo que combina autónomos con contratos. 

UBER EATS PODRÍA RECIBIR SU PROPIA ‘CARTA’

Lo cierto es que a pesar de que Glovo ha tomado esta decisión, su principal competidor en el mercado del delivery, Uber Eats, no ha seguido su estrategia para enfrentar la ley rider. Es que aunque compartan su deseo de «paz social» no ven necesario un cambio, pues creen que el porcentaje de sus repartidores que siguen siendo autónomos, aunque esto los ponga en el corto plazo en la mira de competidores, sindicatos y ministerios. 

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Es una situación complicada de ignorar, aunque de momento se estén dando largas a asumir esta decisión, es solo cuestión de tiempo, pues todo apunta a que la presión, política, económica y social que enfrentaba hasta hace poco el unicornio español.