La relación de Elon Musk con Donald Trump ha sido atractiva para ambos personajes, pero es también un problema para quienes se sienten incómodos con el regreso del segundo a la Casa Blanca. Es que desde que compró Twitter, ahora X, poco a poco hay más usuarios que saltan a Bluesky, la red social creada por el propio creador de la plataforma de microblogging, Jack Dorsey.
En particular, días como las elecciones norteamericanas y la reciente juramentación del propio Donald Trump han expulsado varios usuarios de X y que han saltado a Bluesky. No solo se trata de medios, como The Guardian, Le Monde, La Vanguardia o el satírico El Mundo Today, y se suman ahora varias figuras mediáticas como Mark Hamill y Stephen King, así como varios políticos de izquierda, en particular Yolanda Díaz y Sumar en España. La salida de figuras políticas y medios de comunicación se aceleró tras el gesto de Elon Musk previo a la toma de posesión del magnate, que ha sido descrito como un «saludo nazi» en otras redes, y que el propio dueño de SpaceX y Tesla no ha querido explicar.
Mientras tanto, Bluesky sigue creciendo. Aunque la plataforma de microblogging fundada por los creadores de Twitter, y que originalmente debía ser un hogar para creadores de NTFs, se ha vuelto el refugio de quienes han abandonado lo que ahora es X, controlada por Elon Musk en los últimos meses, que ha sido acusado de usar la plataforma para empujar la opinión pública en Estados Unidos, ha bajado el ritmo de llegada de los nuevos suscriptores, pero no deja de crecer y mientras se sigue acercando a los 30 millones, tiene 28 millones y medio al cierre de redacción, y más allá, ha conseguido una valoración de 700 millones de euros.
Es evidente que todavía no tienen el mismo tamaño, con X superando los 500 millones de usuarios, según el propio Musk el pasado mes de agosto. Pero también es una realidad que la gran mayoría de estos usuarios se unieron a la plataforma antes de que el sudafricano la comprara, e incluso antes de su deriva política, que ha pasado también por el apoyo no solo a Trump, sino a la extrema derecha en Alemania y Reino Unido, y que ha hecho sentir incómodos a los gobiernos europeos, sobre todo con la guerra de Ucrania y las elecciones alemanas como trasfondo.
EL CRECIMIENTO DE BLUESKY SE MANTIENE
Más allá de los picos puntuales en noviembre y esta semana por las elecciones, lo importante es que poco a poco Bluesky sigue creciendo. Aunque el ritmo de un millón de nuevos usuarios al día parece insostenible, es también evidente que poco a poco ha seguido creciendo, lo que es clave si antes o después quiere competir con el gigante que hoy controla Musk.
Pero es también un aviso para otras redes sociales. Es que más allá de los motivos políticos, lo cierto es que si los usuarios abandonan X es sobre todo por qué ya no ven si contenido ni divertido ni útil. Es que decisiones del propio Musk como reducir la visibilidad de tweets con links a medios de comunicación, o a vídeos externos de plataformas de la competencia como Instagram o YouTube, han hecho que la red social sea cada vez más complicada de navegar.
Ayuda también la comodidad para manejar Bluesky. Mientras que otros rivales como Hive o Mastodon han sufrido precisamente por lo complejo de su navegación, la red de Jack Dorsey se parece sobre todo al «Twitter de toda la vida». Es una realidad tanto a nivel de contenido como de experiencia de usuario, y es lo que le ha permitido este crecimiento constante desde la segunda mitad del año pasado.
MUSK SIGUE PRESIONANDO POR LA LLEGADA DE LA EXTREMA DERECHA A EUROPA
Mientras tanto, el fundador de Tesla y de SpaceX, sigue apostando por sus candidatos favoritos tanto en Alemania como en Reino Unido, lo que ha puesto X en la mira tanto de varios gobiernos como de las instituciones europeas. Allí están las críticas de Yolanda Díaz, y ahora del todavía canciller alemán Olaf Scholz.
«En Europa y en Alemania tenemos libertad de expresión. Todo el mundo puede decir lo que quiera, aunque sea millonario», ha dicho Scholz desde el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), un día después de que se consumara el cambio de mando en la Casa Blanca.
«Lo que no podemos aceptar es que haya apoyos a posiciones de extrema derecha. Es algo que me gustaría repetir de nuevo», ha zanjado el canciller, que ya se había expresado previamente en contra del respaldo público de Musk a la AfD de cara a las elecciones legislativas del 23 de febrero.
