El juicio a Oscar Pierre, fundador y consejero delegado de Glovo, tras la denuncia de fiscalía por un posible abuso de los derechos de los trabajadores, sigue avanzando y tras la declaración del directivo de la empresa hay expectativas sobre los próximos testimonios: en este caso de se trata de interrogatorios a los inspectores de Trabajo y de la Seguridad Social que pusieron sobre la mesa las irregularidades investigadas ahora por Fiscalía. Es un juicio clave para la empresa, no solo por el futuro del directivo, sino por qué ocurre justo con el trasfondo del proceso de regularización y contratación de los repartidores de la empresa, hasta ahora autónomos.
En cualquier caso, habrá que esperar hasta el 19 de febrero y, después, al 10 de marzo, para escuchar los testimonios. Dado los problemas que ha tenido Glovo en los últimos años, incluso previos a la aprobación de la Ley Rider, es especialmente preocupante para el directivo la presencia en el juicio de estos funcionarios. También es cierto que el unicornio español ha recurrido las sentencias una y otra vez, y que en el camino ha podido demostrar en varias ocasiones que sus repartidores sí funcionan como autónomos, aunque de igual modo hayan decidido pasar a un modelo de contratación para conseguir la «paz social» en el sector, como lo describió Oscar Pierre en sus declaraciones.
De hecho, aunque desde Glovo se asegura que no es el caso, la decisión de contratar a sus repartidores se hizo pública justo un día antes del día en que Pierre tenía que declarar en la fiscalía, lo que ha sido visto con cierta suspicacia por todas las partes involucradas. En cualquier caso, será interesante seguir de cerca ambos procesos, tanto por la nueva realidad que los contratos del unicornio español representan para todo el sector del delivery en España y en Europa, como por lo que los testimonios de los funcionarios puedan demostrar de la situación de los trabajadores de la empresa.
Se suma a esto el problema evidente que genera un cambio de modelo de trabajadores para su negocio. Es que esta nueva situación no solo tiene un efecto directo en el costo operativo de la empresa, que bien puede terminar trasladado a los usuarios, sino también por la necesidad de armar con cuidado el puzzle de los horarios de estos repartidores bajo un contrato, sea directo con la propia Glovo o entre las empresas de trabajo temporal o similares que ya incluso se han acercado a los repartidores con ofertas que incluyen un posible sueldo e incluso horarios, al menos en la mañana y en la tarde.
GLOVO DEFIENDE QUE SUS REPARTIDORES PREFERIRÍAN SER AUTÓNOMOS
En cualquier caso, la plataforma sigue defendiendo que la mayoría de sus repartidores preferirían seguir operando como autónomos, y que la decisión fue tomada para reducir los conflictos legales que asume la plataforma. Es que entre sanciones y costos legales, Glovo ha gastado los 400 millones de euros que su empresa matriz, la alemana Delivery Hero, había apartado para evitar estas situaciones. Se suma la preocupación por los repartidores que operaban sin los documentos correctos a través de cuentas alquiladas, un problema del que se han hecho eco los sindicatos como la CGT.
Es que al ser un nuevo tipo de aplicaciones ha sido complejo para los reguladores adaptarse a su funcionamiento. También es cierto que ha sido más rápida la adaptación de otro tipo de aplicaciones recientes, como lo demuestra la situación de las VTC como Uber, Cabify y Bolt, que han conseguido operar dentro del marco legal gracias a una estrategia que se enfoca sobre todo en el uso de conductores contratados a través de flotas externas, que son las encargadas de gestionar las licencias, los contratos y son dueñas de los vehículos que se usan en estas aplicaciones.
EL JUICIO DE OSCAR PIERRE ES PARTE DEL HURACÁN LEGAL DE GLOVO
En cualquier caso, no es el único caso legal que la empresa enfrenta en estos momentos. Recientemente, la denuncia de Just Eat por competencia desleal fue aceptada a trámite, y aunque están en proceso de contratación, sus repartidores siguen siendo autónomos, lo que puede servir para que se pongan en la mira de nuevas investigaciones o nuevas inspecciones, precisamente por el deseo del ministerio de Trabajo de acelerar estos procesos de contratación.
Es una situación que también debe tomar en cuenta Uber Eats, la única de las tres grandes plataformas del delivery que sigue trabajando con autónomos. Es que bien deberían verse en el espejo de Glovo, no tanto por qué no tengan argumentos, o no, legales para defenderse, sino por qué es evidente que la presión constante del ministerio de trabajo que dirige Yolanda Días, de sus competidores, y de la opinión pública, recaerá ahora sobre la aplicación de delivery que nace de la plataforma de transporte.